Vuelta a casa

Después de una semana intensa de convivencia, camino y hermandad, los rocieros de Jaén regresaron a casa con la satisfacción del deber cumplido tras vivir, un año, más la romería de su Virgen del Rocío y ver a la Blanca Paloma. Las caras reflejaban el cansancio pero también la alegría y el anhelo de volver a tierras marismeñas. Mientras tanto, y hasta que la Hermandad del Rocío acuda de nuevo a la aldea en el mes de enero, rezarán a su Simpecado que ya reposa en la parroquia de San Juan de la Cruz tras pasear el nombre de Jaén en su carreta de plata.

Todos los comentarios cerrados en la web.