Un manto de flores para Santiago Apóstol

El patrón del Cuerpo de Caballería, Santiago Apóstol, recibió, ayer, un sentido homenaje de la peña caballista. Decenas de ramos de flores cubrieron la talla del santo que forma parte del paso de misterio de la Santa Cena, en la iglesia de san Félix de Valois.

Cascos de caballos y cascabeles resonaron, ayer, por algunas de las avenidas de la ciudad a media mañana. No se trataba de una peregrinación romera, aunque a muchos se lo pudiera parecer ante la visión de los trajes cortos, los lunares y los flecos. Como cada 25 de julio, día de Santiago Apóstol, los miembros de la peña caballista se enfundaron sus mejores galas y se echaron a las calles. Amazonas, jinetes y acompañantes a la grupa se dieron cita en el Parque de la Concordia para completar un vistoso desfile por la ciudad que los llevó hasta la iglesia de San Félix de Valois. Unas doscientas personas participaron en el recorrido, que levantó gran expectación a su paso, escoltadas por la Policía Local y a bordo de carretas y equinos.

La cita, que ya aspira a convertirse en una tradición, sufrió, el pasado año, un cambio en el lugar de celebración. Problemas con el acerado y las obras que rodeaban la Catedral, obligaron a los caballistas a buscar un nuevo punto para su ofrenda, una cuestión que, como reconocieron en el acto, les produjo cierta inquietud con vistas a las futuras ediciones. Sin embargo, la solución llegó de manos de la Hermandad de la Santa Cena, que les abrió la puerta de su templo y permitió que la imagen de Santiago Apóstol que forma parte de su paso de misterio, recibiese allí sus sentidas ofrendas. Por eso, ayer, instalada en primer término, la talla se cubrió con decenas de ramos de flores. Al rezo de un padrenuestro, siguió la emotiva lectura, por parte de la hija del fallecido fundador de la tradición, Diego Díaz, de un texto de agradecimiento a la cofradía y al templo por su buena acogida de parte de toda la familia.

El broche al acto lo puso el grito: “¡Viva Santiago y vivan sus amigos los caballistas!”, con el que los asistentes rompieron a aplaudir y retomaron el camino de regreso hacia el Parque de la Concordia, en un segundo desfile que volvió a despertar la curiosidad de numerosos vecinos. Muchos, no obstante, acompañaron, antes, a los caballistas durante la ofrenda, ya que se repartió flores a todo el que quiso participar en ella.

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