Manuel J. Quesada Titos

Misa de Rogativas a la Virgen de la Capilla contra la pandemia

La Cofradía de Nuestra Señora de la Capilla, Patrona y Alcaldesa Mayor de Jaén, ante la situación de pandemia actual, ofrecerá el próximo 23 de enero de 2021 una Misa de Rogativas a la Virgen de la Capilla, Patrona de Jaén, “para suplicar al Señor Jesús y a su Bendita Madre que nos libre de la enfermedad y nos fortalezca para cuidarnos en este complicado tiempo de pandemia y de dificultades económicas”, ha anunciado en un comunicado. El Obispo de Jaén, D. Amadeo Rodríguez Magro, presidirá esta misa extraordinaria de rogativas y rezo del Santo Rosario que recordará a otras que a lo largo de la historia se han celebrado en la ciudad de Jaén. 

Tal y como señala la Cofradía en un comunicado, “la protección de la Virgen de la Capilla sobre Jaén, manifestada en su glorioso Descenso en el año 1430, forma parte de la esencia de esta Devoción y ha quedado vinculada a la ciudad desde tan lejana fecha hasta la actualidad. Desde aquélla memorable ocasión, el pueblo de Jaén ha venido solicitando la intercesión de la Santísima Virgen para remedio de las aflicciones y consuelo ante la pesadumbre de las desgracias colectivas que ha podido padecer la ciudad. Y esta petición se ha venido realizando y manifestando a través de rogativas públicas”. En este sentido, la Sagrada Imagen de la Santísima Virgen de la Capilla se ha convertido en expresión de la filial confianza del pueblo de Jaén en el poder y misericordia de la Madre de Dios. Las rogativas más antiguas documentadas en los archivos del Ayuntamiento de Jaén son de septiembre de 1600 con ocasión de una pandemia de peste, realizándose una Misa extraordinaria en San Ildefonso el día 23 de enero organizada por el Cabildo y predicada por el Obispo. En 1602 se realizaron nuevas rogativas por similar motivo, como consta en actas del Ayuntamiento, con traslado de la Sagrada Imagen al Ayuntamiento.

En los siglos XVIII y XIX fueron numerosas; con ocasión del azote del cólera morbo asiático o para pedir el beneficio de la lluvia, entregando a la Virgen la Confraternidad de Labradores, el 12 de agosto de 1859, un manojo de espigas de plata. Finamente en el siglo XX se recuerdan las rogativas de 1905 y las de 1943, 1945, citadas por Vicente Montuno.

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