Con motivo de la Festividad de los Dolores de la Virgen, la Cofradía de la Soledad sustituyó el tradicional Besamanos a Nuestra Señora de la Soledad por una jornada de veneración en la Basílica Menor de San Ildefonso. Bajo palio, en un altar precioso colocado junto a la capilla de la hermandad, los devotos y cofrades pudieron contemplar el bello rostro de María iluminado por los cirios de una candelería que recordaba a la oscura noche del Viernes Santo. Para la Eucaristía de la Festividad de la Virgen de los Dolores, Nuestra Señora de la Soledad fue llevada al Altar Mayor de la Basílica para presidir la celebración.
Fotografías: Hermandad de la Soledad y Manuel Galán