El cartel de Cristina Álvaro para la Cofradía de la Virgen de la Capilla

A unas horas de que el calendario marque el inicio del mes junio, la Cofradía de la Virgen de la Capilla ha descubierto el cartel que anuncia los días de la Patrona de Jaén que también es portada de su publicación “El Descenso”. La Casa Museo de la Cofradía ha sido el escenario de este esperado acto que presagia la cercanía del 11 de junio.

El cartel anunciador, una obra de arte que cada año genera gran expectación, ha sido creado en esta ocasión por la artista Cristina Álvaro. Su diseño ha sido desvelado y presentado por María Dolores Regidor Martínez. Seguidamente, ha tomado la palabra Jesús Cobo Molinos, vocal de publicaciones de la Cofradía, para presentar en nuevo número de la revista “El Descenso”.

El cartel de Cristina Álvaro está realizado en acrílico sobre tabla, donde vemos como imagen central la venerada talla de la Santísima Virgen de la Capilla Coronada y su bendito Niño, representando la noche de su Descenso a la ciudad de Jaén que tuvo lugar en la madrugada del 10 al 11 de Junio del año 1430. La pintura está compuesta en tres partes; la Virgen, su dosel y la ciudad. Así lo explica su autora:

“La idea clara y principal que tenía era representar a la Virgen de la Capilla como en sus fotografías antiguas pero con su impronta actual. Por ello, aparece en primer lugar con su icónica corona y la ráfaga de estrellas (ésta última actualmente desaparecida) muy popular en casi cualquier instantánea en blanco y negro que vemos de la Virgen. En la actualidad sólo se conserva parte de la corona (casco, imperiales y la del Niño Jesús) la cual lleva a diario en su Camarín. Lleva enmarcada la finura de su semblante con su rostrillo enjoyado y rodeado de encaje para realzar aún más si cabe la belleza nacarada de su mirada.

Sobre un fondo oscuro simbolizando el cielo en la noche sin estrellas alguna, salvo la Estrella de la Mañana, vemos a la Santísima Virgen sobre su característica medialuna en plata, dando una sensación de ligero movimiento recreando el leve descender de la Virgen a su ciudad. Va portando el manto amarillo de raso flocado y bordado con sedas de colores con motivos florales, vegetales e influencias orientales, donde en los distintos picos del manto que lleva bordados además una figura masculina y en el otro una femenina. La última vez que vimos a la Virgen procesionar con éste manto fue el 11 de Junio del año 2016, también lo llevó el pasado año 2024 durante la primera semana del mes de las flores. La saya está inspirada en el estofado y las margaritas que lleva en sus ropajes la propia talla de la Virgen, adornada con gran cantidad de las joyas y condecoraciones que posee en su joyero. Lleva también su fajín morado junto al escudo de la ciudad y el bastón de mando en su honor (símbolos de autoridad) por ser la Patrona principal (proclamada por el Papa Pío XII en el año 1950, atendiendo las fervientes peticiones del pueblo de Jaén) y Alcaldesa Mayor de Jaén (nombrada por el Ayuntamiento en el año 1967).

La parte superior de la obra se encuentra enmarcada por un dosel burdeos y dorado, tomando como inspiración en el que aparece concretamente en un antiguo grabado del año 1614 de la Stma. Virgen realizado por Gaspar Salcedo de Aguirre; clérigo jiennense, catedrático y gran devoto de Nuestra Señora de la Capilla y San Ildefonso. El dosel sirve para realzar, dignificar y exaltar una Sagrada Imagen, utilizándose mayoritariamente en solemnes cultos y celebraciones religiosas. A ambos lados se sitúan el Sol y la Luna, que simbolizan la naturaleza humana y divina de Ntro. Señor Jesucristo, pintados en color plata porque al estar presentes la Virgen y su Hijo, no hay nada en el mundo que brille y deslumbre más que Ellos, destacando por encima de todo lo demás, tal y como nos cuentan los relatos del Descenso. Mientras que el sol representa la fuerza, el poder y la firmeza (en la obra haciendo referencia al Divino Niño Jesús), la luna representa la belleza, la calma y la tranquilidad (como referencia a la Santísima Virgen) igual que nos dice la cita bíblica de San Lucas (2, 16-21); “Y María, en silencio, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.” En Ella está la belleza de Dios, la mejor obra de sus manos, de su ternura y de su gracia.

En la parte inferior aparece un “skyline” o silueta, que une la Basílica Menor de San Ildefonso y la Santa Iglesia Catedral de Jaén, como alusión al recorrido que hizo la Santísima Virgen en la noche del Descenso, desde la Catedral hasta la Reja de la Capilla de San Ildefonso, mismo itinerario que se realiza en el Rosario de San Bernabé, celebrándose anualmente en el día previo al 11 de Junio. En el margen izquierdo se sitúa la Basílica Menor de San Ildefonso y Santuario de Ntra. Señora de la Capilla; donde se venera a la Virgen durante todo el año, y en el margen derecho la Santa Iglesia Catedral, templo mayor de la ciudad.

Lo más importante que he querido mostrar en está pintura, es que lo que más destaque de la misma sea únicamente la imagen de la Virgen, sin ninguna otra inadvertencia que nos desenfoque de lo principal. Cuando se alce la mirada hacia esta pintura, los ojos de cada una de las personas que observan la obra, vayan directamente hacia la Virgen, nuestra Virgen de la Capilla. Así como en ésta obra y en la vida misma, que nuestro eje central y guía entre la oscuridad sea la Santísima Virgen María y el bendito Niño que lleva en brazos, el mismo que dio la vida por nosotros durante su Pasión. Que Ellos sean la luz en el camino de nuestras vidas, y a través de Ellos podamos vislumbrar un nuevo 11 de Junio que ya está por llegar. Siempre de su mano. ¡Viva la Virgen de la Capilla!”.

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