Como marcan los Estatutos de su Hermandad, María Santísima de la Estrella paseó por las calles de su barrio en Solemne Rosario vespertino en pleno mes de María, mayo florido y primaveral que destapó la mejor de las tardes para que la feligresía, cofrades y devotos, acompañaran con el rezo de los misterios y el canto de plegarias a la Señora de la Estrella.
Tras la Eucaristía celebrada en la Iglesia Conventual de la Purísima Concepción, la comitiva inició un bello itinerario que compaginó la salida a la avenida principal del barrio, con el cobijo de las calles estrechas del viejo arrabal. Enclaves donde siempre estuvo arropada la Virgen de la Estrella, que con tonos claros, desprendía una luz blanca y pura a su paso.