Cada año se superan los equipos de priostía y fabricanía para “diseñar y construir” altares efímeros que coquetean con la belleza para impregnar, aún más si cabe, solemnidad la celebración de los cultos principales de las hermandades. Novenas, Septenarios, Quinarios y Triduos se han sucedido cada fin de semana en los templos de la ciudad, cobijando entre piedras centenarias la luz que pronto saldrá a las calles. Días de oración y de encuentro de hermanos a los pies de las Sagradas y Veneradas Imágenes de Cristo y María, que culminarán con el Septenario a Nuestra Señora de los Dolores, la Dolorosa de Jaén.
Pero además del culto interno, también merece la pena destacar como citas obligadas de la Cuaresma los Vía Crucis que sacan la oración a la calle. En un ambiente frío, sin bullas, en el silencio, los cofrades rezan como lo harán bajo el carepuz. Con la única diferencia de que ahora lo hacen a cara descubierta.
Fotografías: José M. Anguita