La pandemia del coronavirus está dejando para la historia acontecimientos que solo con el paso de los años serán valorados en su justa medida. Una de estas citas ha tenido lugar este domingo, en la Santa Iglesia Catedral. Entre los muros que dibujara Vandelvira, los sonidos y el sentimiento rociero retumbaron tanto que el eco llegó a Almonte donde aguarda Nuestra Señora del Rocío para regresar a su aldea.
Como cada mes de enero, la Hermandad del Rocío de Jaén ha celebrado su Misa de Peregrinación, con la salvedad de que en esta ocasión no ha sido en la Basílica almonteña sino en la Seo del Santo Reino. Una celebración presidida por el Obispo de Jaén, D. Amadeo Rodríguez, a la que no faltó el alcalde de la ciudad, Julio Millán, y que tuvo ese sabor rociero a pesar de una distancia geográfica que se fue disipando en el corazón de cada hermano al ver el Simpecado en el Altar Mayor.
“No hemos podido hacer nuestra habitual peregrinación extraordinaria para celebrar la Eucaristía, como cada año junto a Nuestra Madre María Santísima del Rocío por culpa de la pandemia que estamos viviendo. En cambio, hemos vivido una Eucarística histórica, presidida por el Excmo. y Rvdmo. Señor Don Amadeo Rodríguez Magro, nuestro agradecimiento más sincero por habernos hecho este regalo, poniéndole un broche de oro con una preciosa y emotiva homilía”, ha expresado la hermandad filial en sus redes sociales. “Gracias a Don Francisco Juan Martínez Rojas, Dean de la Santa Catedral, por su disponibilidad y acogida, gracias a nuestro Consiliario Don Francisco De la Torre, por impulsarnos a tener la iniciativa de solicitar este acto. Gracias a Ilmo. Sr. Don Julio Millán, alcalde de Nuestra Ciudad, por acompañarnos, gracias a Doña Úrsula Colmenero, vicepresidenta de la Agrupación de Cofradías de Pasión y Gloria de nuestra ciudad por acompañarnos, y a todas las Hermandades de Pasión y Gloria que también lo han hecho. Hemos echado de menos a todas las hermandades que no han podido acompañarnos por motivos de protocolo Covid-19, la Hermandad Matriz de Almonte, nuestra madrina la Hermandad de Villamanrique de la Condesa, y nuestras ahijadas, la Hermandad de La Carolina y la Hermandad de Baeza”.
El Obispo de Jaén quiso saludar en su homilía a las autoridades allí presentes, para continuar recordando que estaba celebrando un fin de semana muy mariano, ya que la tarde anterior presidió la Eucaristía de rogativas a la Virgen de la Capilla, para pedir por el fin de la pandemia. Así, quiso pedir también a la Virgen del Rocío su intercesión. “Que interceda con Jesucristo ante nuestro Padre Dios y que ponga su amor, su fuerza y su poder, contando con nuestras capacidades, y que nos proteja y nos libre de este mal y de esta pandemia”. En este sentido Don Amadeo subrayó que nosotros debemos ofrecer a la Virgen una actitud de conversión. “Nosotros, por nuestra parte, le ofrecemos una actitud de conversión, que en este caso, quizá lo que mejor le podemos ofrecer a la Virgen es cuidarnos los unos a los otros, convertirnos en cuidadores de nosotros mismos para convertirnos, también, en cuidadores de los demás. La mejor conversión que podemos ofrecer es la del profundo sentido de responsabilidad y no hacer nunca nada que pueda poner en peligro ni nuestra vida, ni nuestra salud, pero tampoco ni la vida, ni la salud de los demás”.
Monseñor Rodríguez Magro quiso recordar que estaban congregados en la Catedral para honrar en esa mañana a la Santísima Virgen del Rocío. “Pero hoy estamos también aquí para honrar a la Santísima Virgen y, de un modo especial en este día, para honrar a la Santísima Virgen del Rocío, como Madre de la Iglesia, y en este caso, como Madre de la Iglesia de Jaén, que hoy está mirando hacia El Rocío. Y es que de no haber sido por estas circunstancias estaríais peregrinando y esta Eucaristía la estaríamos celebrando en su Santuario”, afirmó. Asimismo, haciendo referencia al Evangelio de Marcos subrayó que “hoy, domingo tercero del T.O, Día de la Palabra de Dios, se nos pide que nos convirtamos en testigo del Señor y de su palabra, como lo hicieron sus apóstoles”. Para continuar: “No podemos olvidar nunca de que Dios está con nosotros y que él es siempre es una buena solución para resolver nuestros problemas y hacer un mundo mejor”. Además, quiso dar gracias a Dios por la presencia de la Virgen del Rocío “muy amada por tantos hombres y mujeres, porque sabemos que con estas devociones nunca nos faltará su bendición”.
Don Amadeo no quiso terminar su predicación sin pedir por los sanitarios que “hoy están viendo una situación muy complicada y de gran tensión”. Tampoco quiso olvidarse de los enfermos, los fallecidos y sus familiares. “Por ello vamos a ser lo más responsables posible, porque esta situación también se resuelve poniendo especial cuidado en defendernos y defender a todos, guardadnos las distancias y siendo solidarios los unos con los otros”.