Solo Él merece ser adorado y cuando se acerca el final del primer mes del año, toda una Basílica Menor se rinde a sus plantas. Permanece después de casi 5 siglos de historia y se presenta como la única de las Sacramentales nacidas en las parroquias que perviven en una ciudad que con el paso del tiempo se centró en las cofradías de Pasión y Gloria, dejando en un segundo plano la adoración a Jesús Vivo.
Por eso, la Cofradía Sacramental de San Ildefonso reclama la atención de un mundo cofrade que tal vez, haya dejado de mirar hacia dentro de la parroquia todo lo que debiera, y tras una semana Sacramental, celebró con esplendor y sobriedad la Fiesta del Año y su Procesión Claustral por las naves de la segunda Iglesia de la ciudad.
El Obispo de Jaén, Ramón del Hoyo, quiso estar presente para portar la custodia que caminó por las distintas capillas de la Basílica hasta culminar ante la Patrona de la ciudad, la Virgen de la Capilla. Una tarde de adoración que bien merece una reflexión cofrade ahora que se acercan los cultos cuaresmales y fluye “el capilleo”. ¿No estaremos olvidando la esencia de nuestro ser cristiano?
Fotografías: Manuel Quesada Titos