Existen muchas formas de trabajar con la juventud cofrade. Los grupos jóvenes son hoy una realidad palpable en buena parte de las hermandades y desde ellos se forjan los hermanos que en un futuro cercano, asumirán las riendas de este legado que pasa y traspasa generaciones. Sin embargo, todo es más fácil si se siente y se “mama” desde pequeño la devoción, el fervor y una fe que más allá de explicaciones, se entiende con los hechos.
Así lo entienden en la Hermandad del Rocío de Jaén, que cada año, antes del inicio del curso escolar y los quehaceres de deberes, academias y catequesis, organiza el Camino de los Niños, para que ahora, que están todavía de vacaciones, hagan el camino que los mayores, sus padres y abuelos, hacen en primavera en busca de la Blanca Paloma.
La ilusión se mezcla con la inocencia y la alegría de quienes aún sin entender muchas cosas, hacen caso única y exclusivamente a su corazón. Por eso caminan sin cansancio, rezan y ríen porque su Virgen, les espera para darles un besito en unas caras que con los años, sumarán arrugas y caminos. Pero eso, ya será otro cantar y ocurrirá por Pentecostés.