La apertura de los templos ha mostrado una estampa insólita. La gran mayoría de las imágenes de María Santísima siguen vestidas de hebrea en pleno mes de mayo. La declaración del estado de alarma y el cierre de las iglesias en plena Cuaresma abrió un paréntesis que ahora se cierra sin que los priostes, vestidores y mayordomos hayan podido acudir a cambiar la vestimenta de la Virgen. Sin embargo, algunas sí han sido vestidas como Reina a lo largo de la semana, con la particularidad de que también se les ha incluido algún elemento de luto por las víctimas de la pandemia de la Covid-19.
Es los casos de María Santísima de la Encarnación, del Grupo Parroquial de la Lanzada, o de María Santísima Reina de los Ángeles, del Grupo Parroquial de la Lanzada, que tienen un lazo negro en el fajín; o las dos imágenes marianas de la Congregación del Santo Sepulcro, Nuestra Señora de los Dolores y Santa María del Silencio, que portan un pañuelo negro.