La Festividad de la Inmaculada nos ha dejado este año una grata sorpresa en la Magdalena. Poco dados a cultos y actos fuera de lo establecido por Estatutos, la hermandad de la Clemencia ha organizado un Besamanos Extraordinario de tres días a María Santísima del Mayor Dolor.
En bello altar efímero con la bambalina frontal de su palio y un cuidado exorno floral obra de José Castro, la Madre del Caído dejó atrás el dolor para entregar y recibir Amor en el mes de la espera.
Fotografías: Manuel J. Quesada Titos