Dicen que las despedidas siempre son amargas. Sin embargo, la que cada año realiza la Hermandad del Rocío de Jaén antes de iniciar su camino a la aldea almonteña desprende alegría y felicidad. Porque a pesar de la dureza y el esfuerzo a lo largo de una semana, la recompensa bien lo merece. La Blanca Paloma los espera en una madrugada de Pentecostés con brisa marismeña.
Resultaba raro ver la carreta de plata con el Simpecado de la Virgen del Rocío en una tarde de sábado, pero tras la Misa de Romeros, todo estaba presto para iniciar el camino y la impaciencia se apoderaba de unos rocieros que esperan todo un año para plantarse ante su Virgen. Por eso, iniciaron su particular procesión-romería por unas calles de Jaén que no terminan de entender este sentimiento que solo se puede conocer cuando se pisa la arena de las marismas. En la escalinata de Cristo Rey, fieles a su cita, los hermanos del Perdón esperaban para ofrecer flores a María. Que no le faltarán en todo el peregrinar. Sevillanas y palmas hacían más llevadero el desfile de mujeres y hombres de flamencas y corto, que se enorgullecen de decir que entre el mar de olivos también se vive la pasión por el Rocío.
La segunda parada estaba prevista en la Basílica Menor de San Ildefonso, para rendir homenaje a la Patrona de Jaén, la Virgen de la Capilla, que además, se encontraba en Besamanto y por ello, más cerca de los fieles. Sin embargo, ocurrió la anécdota desagradable de una jornada festiva. Al abrirse las puertas de la Basílica y entrar en ella la representación del Rocío, con tambores y flautines interpretando la Salve, el párroco de San Ildefonso, D. Pedro Ortega, subió al Altar y a gritos mandó callar los sones rocieros. Según dijo, “existe un decreto de Roma que prohíbe que los tambores suenen en la Basílica Menor de San Ildefonso”. Tras este hecho, la Cofradía de la Capilla salió a la puerta y saludó a una Hermandad del Rocío que, por vez primera, no pudo decirle un “hasta pronto” a la que es su Patrona.
Tras el incidente en San Ildefonso, en el que nada tuvo que ver la Cofradía de la Virgen de la Capilla, el Simpecado del Rocío se dispuso a encontrarse con el Abuelo. Allí, en el Camarín, abrazo fraterno y buenos deseos para unos cofrades que hicieron su primera noche en un polígono industrial de la ciudad y que mañana, lunes, comenzarán el camino desde La Puebla del Río, en Sevilla.
En el siguiente enlace se puede seguir dónde se encuentra la Hermandad del Rocío de Jaén: http://www.photoeventos.es/gpsrociero/jaen.html