Los fieles acompañan a Jesús Despojado en el inicio de la Cuaresma

Miércoles de Ceniza. Inicio de la Cuaresma. Ni el sol que durante estos días ha estado ausente ha querido perderse este acontecimiento. Salía Ntro Padre Jesús de la Pasión Despojado de sus Vestiduras por la puerta principal de su sede canónica, la iglesia del Salvador sobre las cinco de la tarde. Muchos eran los fieles congregados a la hora estipulada para acompañar a su “Cristo gitano” hasta la Santa Iglesia Catedral para proceder a la Santa eucaristía y posterior Vía Crucis.

Bajo un ensordecedor silencio y con la llama de las velas encendidas, los hermanos cofrades y devotos alumbraban el andar de la talla, portado sobre un coqueto paso a costal por parte de su cuadrilla. Poco a poco, a medida de que el recorrido se iba acortando, más eran los fieles que acompañaban a la sagrada talla por las distintas calles de la ciudad. Tres músicos de la Sociedad Filarmónica de Jaén interpretaron bellas piezas de cámara durante el itinerario.
Llegó entonces uno de los momentos más esperados. Jesús Despojado encaraba la puerta del perdón del templo mayor de la diócesis Jiennense. Una escena que ya se ha vivido varias veces por distintos motivos. La grandeza de la Catedral se quedaba pequeña ante tal número de devotos, cofrades y personas en general que decidieron acudir a la santa misa e imposición de la ceniza. Las cofradías de la capital también arroparon en este día al hijo de Dios hecho hombre.
Tras la eucaristía presidida por el Sr. Obispo de Jaén, D. Ramón del Hoyo López, dio comienzo el santo Vía Crucis. Cada estación era presidida por una cofradía, aglutinando en su recorrido a muchos Jiennenses. Una vez llegado a la parroquia de San Miguel la emoción se apoderó de los hermanos cofrades, ya que esta parroquia fue la primera sede canónica en el año 1984 y allí se bendijeron las imágenes titulares. 
Finalizado el solemne Vía Crucis, la sagrada talla inició su recorrido hasta de nuevo su iglesia parroquial, dejando paso a partir de ahora a un tiempo de reflexión que culminará con la tan ansiada Semana Santa.
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