La Virgen de la Capilla nos recuerda su pasado diociochesco

Durante toda la Navidad, en la Basílica de San Ildefonso, los devotos de la Patrona y Alcaldesa de Jaén, la Virgen de la Capilla, están admirando a la misma revestida con el manto celeste y plata del Grupo Joven y la saya rosa salmón donada por doña Elena Herrera, y ataviada con un rostrillo de encajes, al estilo de los siglos XVII Y XVIII.

Es precisamente en litografías, grabados y alguna pintura, donde podemos detenernos en este detalle, en ver que la Virgen de la Capilla lucía rostrillos de encaje, lo que sería un preámbulo a los rostrillos metálicos de oro o plata, pero que por la fragilidad de los tejidos, se perderían ya que desde hace muchas décadas no se tiene constancia de ninguno, en el seno del patrimonio de la Patrona de Jaén.

El rostrillo ha sido realizado y es un regalo del vestidor de la Virgen y vocal de Patrimonio de la Cofradía, José María Francés, por llevar 50 años inscrito como cofrade en la cofradía.

Se trata de una pieza realizada con encaje de Bruselas (s.XIX) de los llamados “punto de aguja” pues se realizaban a mano cada uno de sus motivos vegetales a modo de bordado. El encaje se da la circunstancia que es una blonda de la longitud exacta del contorno del rostro de la Virgen, 28 centímetros. El rostrillo se remata con encaje de plata fina de hojilla o de concha.

En el estandarte llamado “de diario” que aún en la actualidad conserva la cofradía, donde podemos ves el óleo a color, sobre metal, donde se ve a la Virgen de la Capilla con un rostrillo similar, de encaje.

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