Un año después de lo previsto y cuando todo estaba dispuesto, una tormenta quiso añadir más incertidumbre y nervios. Sin embargo, no había lugar a la ambivalencia y los cofrades de la Pastora tenían claro que solo tenían una oportunidad para recuperar algo de aquello que les robó la pandemia, celebrar con la mayor solemnidad el 425 aniversario de la fundación de la cofradía de los pastores de Jaén. Por eso, llegada la hora, el cortejo se asomó a unas calles donde les esperaban los cofrades y hasta un pasarela de moda, que provocó el cambio de itinerario a última hora.
La Divina Pastora de las Almas, portada en unas andas donde no faltó el chaparro, avanzó con rapidez acompañada por sus fieles y devotos que rezaron y cantaron el Rosario de camino a la Catedral donde en la tarde del sábado se celebró la Solemne Eucaristía de clausura y acción de gracias por el 425 Aniversario Fundacional de la Hermandad de la Divina Pastora de las Almas de Jaén.
Dicha Eucaristía estuvo presidida por Monseñor Don Amadeo Rodríguez Magro, y concelebrada por el Vicario General de la Diócesis, el Capellán de la Hermandad y por el Canónigo y Guardián del Santo Rostro. El acompañamiento musical corrió a cargo de la prestigiosa Coral Linarense “Andrés Segovia”. El alcalde de Jaén, miembros de la Corporación municipal, el presidente de la Agrupación de Cofradías y representantes de muchas de las hermandades de Pasión y Gloria quisieron compartir esta celebración en la seo jiennense con la Divina Pastora de las Almas en el Altar Mayor.
En su homilía, el Obispo de Jaén trasladó su ánimo a los hermanos de la Pastora. “Queridos hermanos que habéis vivido este tiempo jubilar en el que habéis recordado que hace 425 años que esta querida devoción está presente en la vida de nuestra ciudad. El itinerario de esta bendita imagen, de esta bendita devoción en estos 425 años, ha sido muy rico y muy intenso”. Y continuó: “En principio parece que es una devoción inmaculadista, que de alguna manera recoge ese gran sentir el pueblo cristiano y, sobre todo, del pueblo cristiano en Andalucía, que en su sentido de la fe y ha recogido ese amor a Jesucristo y a su Madre. Y que, además, pedía lo que luego se recibió con gran gozo y alegría: El dogma de la Inmaculada Concepción. Ojalá seguimos valorando lo que significa creer en la concepción inmaculada de María, porque eso supone poner el amor de María en nuestro corazón y en nuestro modo de vivir”. Don Amadeo, además, recordando que la Iglesia celebraba la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado quiso animar a los allí presentes a construir un mundo más fraterno, como nos indica el Papa Francisco. “Que construyamos desde el corazón de Jesucristo Buen Pastor y desde el corazón entrañable de nuestra Madre, la Divina Pastora, un mundo más humano, más fraterno, más de bien, más de justicia, más de fraternidad… En definitiva, un mundo más de Dios”.
Finalmente, el Obispo quiso terminar felicitando a la hermandad por esos 425 años. “Muchas felicidades. Que esta devoción continúe día a día, ya que es una devoción muy hermosa y es muy de Cristo. Es una devoción que identifica muy bien la encarnación redentora de Jesucristo en el mundo”.
Concluida la celebración eucarística, la Divina Pastora volvió en solemne traslado a su Basílica de San Ildefonso donde ya espera un nuevo mes de septiembre en el que salga a reencontrarse con Jaén con el esplendor de siempre.
Fotografías: Diócesis de Jaén y Pedro Oya