Ayer fue uno de los domingos más radiantes del año, pues se celebraba la Solemnidad del Corpus Christi en todos los pueblos y ciudades la Diócesis del Santo Reino. En ciudad de Jaén la Eucaristía comenzaba pasadas las 10 horas, en la S. I. Catedral. La celebración, en este día de la Caridad, estuvo presidida por primera vez por el Obispo, Don Sebastián Chico Martínez, y concelebrada por una veintena de sacerdotes de la capital y algunos miembros del Cabildo.
Asistieron, además, autoridades civiles, académicas y militares, así como la Comisión organizadora del Corpus Christi; un numeroso grupo de niños de Primera Comunión; representantes de la Corporación municipal; de las Cofradías Sacramentales de la ciudad; de las Hermandades y Cofradías de Pasión y Gloria; de la Adoración Nocturna; de la Asociación de las Catedrales de Jaén y Baeza; de Cáritas Diocesana y las Cáritas parroquiales; y multitud de fieles jiennenses. La Escolanía de la S.I. Catedral fue la encargada de poner los acordes a la celebración eucarística.
El Obispo quiso comenzar su homilía dirigiéndose a los niños y, de un modo especial, a los que este año habían recibido la Primera Comunión. Así, los alentó a no “separarse nunca de Cristo”. Continuó su predicación recordando que “antes era uno de los jueves esplendorosos del año. Ahora es uno de los domingos más radiantes. Pues, si Cristo es como el Sol del Universo, la fiesta del Cuerpo de Cristo es para el espíritu un día luminoso y espléndido”. Asimismo, explicó que el Cuerpo de Cristo iba a salir a la calle para que bendecir a todos los jienenses. “Hoy Jaén y todas las ciudades cristianas son Tierra Santa, como Belén, como Nazaret, como Galilea, como Jerusalén. Jesucristo está con nosotros con la verdad indiscutible de su cuerpo. Nos preside, nos enseña, nos llama, nos enciende el corazón para que crezca nuestra fe y nuestro amor”. Y continuó: “Esta fiesta tiene que ser escuela de la verdadera devoción eucarística. Los cristianos tenemos que ser amigos y devotos de la Eucaristía”. “Y esta devoción y este amor tienen que manifestarse de manera concreta en nuestra vida”, apuntaba. Don Sebastián quiso, además, en este día de la Caridad, agradecer “a los voluntarios y personas dedicadas a Cáritas, en parroquias o en los servicios diocesanos, que están entregando su tiempo, su fuerza y su vida para este servicio a los más necesitados, especialmente en esta etapa tan dolorosa que nos ha tocado vivir, la pandemia y la guerra… Y ayudemos, colaboremos, a través de este medio eclesial, en todo lo que podamos”. Para añadir: “El Cuerpo de Cristo nos urge a acompañar a los pobres y construir andamios de esperanza en un futuro mejor, como Dios quiere”.
Tras la Eucaristía, el Santísimo fue trasladado hasta la Custodia para comenzar la procesión. A la salida de la Catedral, una lluvia de pétalos caía sobre ella. Un grupo de niños aguardaba al Obispo para ofrecerle unas preciosas magnolias blancas, que el Pastor diocesano colocó junto a Cristo Sacramentado. Posteriormente, la alfombra decorada, que aludía a la llegada del nuevo Prelado a la Diócesis, y que incluía un emotivo recuerdo por los fallecidos a causa de la pandemia, esperaba, en la Plaza de Santa María, el paso del cortejo procesional, presidido por Cristo Eucaristía.
Las calles del recorrido, también, habían sido engalanadas con altares, con mantones en los balcones y con juncias aromáticas en el suelo. En torno a la una de la tarde, la procesión regresaba a la S.I. Catedral y Don Sebastián procedía a la bendición con el Santísimo desde la fachada principal. Asimismo, los niños de Primera Comunión entonaron desde la plaza de Santa María la canción «Tomado de la mano con Jesús yo voy», a la que se unió el Pastor diocesano.Además, el Obispo quiso agradecer a todos los que habían colaborado en la preparación del Corpus Christi, a todos los que habían decorado y engalanado las calles y balcones, y a los jiennenses que habían acompañado la procesión más solmene de todo el año. Porque como afirmó Don Sebastián “tenemos muchas procesiones a lo largo del año en nuestra tierra, muchas manifestaciones religiosas, pero ninguna tan grande como la de hoy”. Y quiso culminar con unas palabras de agradecimiento a los comercios y al sector de la restauración, por el esfuerzo que habían realizado a lo largo de esa mañana. Un mensaje que fue acogido con un emotivo y cariñoso aplauso.