Sin separarse prácticamente en ningún instante de sus hijos, las madres de los niños que este año han hecho la Primera Comunión se afanaban con abanicos y toallitas húmedas en hacerles algo más llevadera la procesión bajo un sol de justicia. Y es que, como suele ocurrir todos los años, ayer, la celebración del Corpus Christi no se libró de un calor sofocante que, en cualquier caso, no fue obstáculo para que cientos de personas salieran a la calle a contemplar a Jesús Sacramentado.
El día comenzó con la celebración de la misa a las diez de la mañana en la Catedral, presidida por el obispo de Jaén, Ramón del Hoyo López, y concelebrada por los sacerdotes de la ciudad. Una vez terminada la eucaristía, una engalanada Plaza de Santa María comenzó a recibir a cientos de niños y sus familias que muy pronto comenzarían a desfilar por las calles más céntricas de la ciudad, cuyos balcones se habían vestido de gala haciendo honor a una tradición medieval que aún despierta un gran fervor entre los jienenses.

Los tambores y trompetas de la Banda del Cristo de la Expiración abrían el cortejo y servían, de paso, para despertar a los más rezagados, anunciando la presencia de Dios en el pueblo de Jaén. Tras ellos, las caras inocentes y las sonrisas de las decenas de niños y niñas que han recibido a Jesús por primera vez en Comunión este año. Después, una representación de cada una de las cofradías de la capital y de la curia jienense, presidida por el Obispo de Jaén, Ramón del Hoyo y de las Fuerzas de Seguridad. En las calles, muchas personas que habían sacado sus mejores galas del armario y que buscaban la sombra para aguardar el paso de la Custodia, una obra de estilo plateresco que data de poco más de veinte años y que reproduce fielmente el original del año 1535, labrada por “El Vandalino”, el platero Juan Ruiz.

[teaser]Se pasó por San Ildefonso por el 350 aniversario de la consagración de la catedral[/teaser]El desfile procesional se adentró en el casco antiguo por la calle Maestra, que, como muchas otras por las que también pasó la Sagrada Forma, estaba alfombrada con juncia y tenía también un altar elaborado para la ocasión. A medida que avanzaba la procesión, más fieles se iban sumando al desfile, que recibía pétalos de rosa al paso de la Custodia.

Como novedad, este año la procesión del Corpus Christi ha ampliado su recorrido, ya que con motivo del 350 aniversario de la consagración de la Catedral se ha querido recordar el itinerario de la procesión sacramental que tuvo lugar en octubre de 1660, pasando por el barrio de San Ildefonso.

Hay que recordar que el Corpus Christi es una fiesta de la iglesia católica destinada a celebrar la Eucaristía. Su principal finalidad es proclamar y aumentar la fe de la iglesia católica en Jesucristo presente en el Santísimo Sacramento. La celebración se lleva a cabo el siguiente jueves al octavo domingo después del Domingo de Resurrección. Conmemora el milagro por el cual en 1263, mientras un sacerdote celebraba la misa en la iglesia de Bolsena (Italia), al romper la hostia consagrada, brotó sangre. Fue instituida el 8 de septiembre de 1264 por el Papa Urbano IV, mediante la bula “Transiturus hoc mundo”.