Con la resaca que deja la presentación del cartel de la Semana Santa de Jaén de este año en la que se suceden las opiniones, su propio autor, Francisco Carrillo Rodríguez, nos desvela algunos aspectos que pasarán desapercibidos para el ojo inexperto en la materia, y otros que ni el propio Obispo de Jaén mencionó en su presentación. Porque más allá de las referencias al Año de la Misericordia a las que aludió D. Ramón del Hoyo, o incluso el “guiño” a la cofradía de la Vera Cruz de su pueblo Arlanzón, en Burgos, el cartel transmite un mensaje que en el Teatro Darymelia pasó inadvertido.
Las medidas de la obra original son 75 x 46 centímetros, y está realizado en grafito sobre papel pegado a tabla sobre emulsión acrílica. Al tratarse de un dibujo su color es muy contenido. “El grafito tiene una amplia gama de variaciones tonales que van desde los grises más suaves hasta los negros profundos. Para contrarrestar la dureza de estos he optado por trabajar sobre una emulsión acrílica y “colorear” el cartel con colores violetas y ocres”, indica el autor.
Iconográficamente en el cartel aparece Jesús Preso sobre un paño que lo presenta en un paralelismo con el Santo Rostro de Jaén. Abajo aparece un paisaje, donde sobresale la Catedral de Jaén y en los laterales, unos cardos espinosos. “Mi intención ha sido la de liberar este cartel del tipismo cateto que desgraciadamente está imperando en los carteles cofrades. No deseo hacer un cartel cofrade sino un cartel que tenga calidad pictórica, que transmita los valores culturales y religiosos que Jaén debe exportar al resto de ciudades”, argumenta Francisco Carrillo.
“Se trata de una obra muy seria en cuanto al rigor del dibujo. El paisaje del fondo es el pretexto para organizar una idea que implique a la ciudad como actor principal siendo partícipe del cartel y no quedando en un plano secundario. Todo gira, como no podía ser de otra manera, en torno a Cristo, representado por esta magnífica obra escultórica de Ramón Mateu, aludiendo al Santo Rostro en un intento de sensibilizar al mundo cofrade de esta importante reliquia que desgraciadamente pierde fieles cada día”, comenta Carrillo, quien aprovecha para hacer una llamada de atención sobre “nuestros signos de identidad jaenera”.
Por último, el autor del cartel hace referencia al color morado que se derrama en los laterales de la obra “donde los cardos lloran lágrimas moradas de la pasión y el tormento de nuestro señor Jesucristo, que muestran el color de Jaén y de la Hermandad representada este año”.
Fotografías: Manuel J. Quesada Titos