Bailén se engalanó de fiesta para celebrar uno de los actos más esperados por los fieles y devotos de su patrona, la Virgen de Zocueca, su coronación canónica. La Eucaristía de coronación, presidida por el Obispo diocesano, Don Amadeo Rodríguez Magro, y concelebrada por más de una treintena de sacerdotes diocesanos, entre ellos el Vicario de Evangelización y párroco de La Encarnación de Bailén, D. Juan Ignacio Damas y el Vicario General, D. Francisco Juan Martínez Rojas. También estuvieron presentes en la celebración los seminaristas.
A las ocho daba comienzo la procesión de entrada en el Paseo de las Palmeras de Bailén, donde se celebró la Santa Misa. Miles de sillas, alrededor de cuatro mil, estaban ocupadas por bailenenses, devotos y fieles y representantes de cofradías de Bailén y otras tantas llegadas desde todos los puntos de la Diócesis que quisieron acompañar a Ntra. Sra. de Zocueca en este acto tan emotivo y simbólico. Autoridades civiles y militares. El alcalde de Bailén, el de Guarromán, concejales de otras ciudades de la provincia quisieron estar presentes también en la coronación.
Antes del comienzo de la Eucaristía, el alcalde de la ciudad, D. Luis Mariano Camacho, entregaba al sacerdote de bailensense y párroco in solidum de La Encarnación, San José Obrero y el Salvador de Bailén, D. Manuel Sánchez Rodríguez, el bastón de mando, quien se lo colocó a la Virgen de Zocueca, que presidía el altar.
Del mismo modo, el sacerdote hijo de Bailén, D. Miguel Ángel jurado Arroyo leyó a los congregados el porqué de la coronación canónica de la patrona, y del significado religioso que esto tiene: «La coronación canónica es un rito litúrgico católico cuyo objetivo es resaltar la devoción por una advocación mariana, ya sea por la veneración que despierta en el pueblo como por su antigüedad, a través de la imposición solemne de una corona».
Homilía
El Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, comenzó su homilía diciendo que “hemos sido convocados para rendirle un homenaje de fe y amor a Nuestra Señora de Zocueca. Se pone hoy de manifiesto una entrañable de piedad mariana, que a lo largo de los siglos se ha ido acrecentando cada vez con mayor intensidad entre vosotros”.
El Prelado, quiso hacer memoria de la historia de la devoción a la Virgen de Zocueca, y recordó, que según una tradición muy arraigada, nació en los orígenes mismos del cristianismo. A la vez que afirmó “La Virgen de Zocueca quiso asentarse en el corazón de los hijos e hijas de Bailén”.
En este sentido, Don Amadeo explicó, “Es esta relación entrañable entre Bailén y su patrona es, justamente, lo que permite hacer este acto de coronación, que es un detalle especialísimo de amor de Bailén con su Madre, pero hay que saber que este rito que hoy celebramos en honor de la Virgen María pertenece a la más antigua tradición de la Iglesia. Y si la Iglesia lo hace, tenéis que saber que lo hizo el mismo Dios con la Virgen, con la Madre de Cristo, que la coronó como Reina y Señora de todo lo creado”. A la vez que añadió- “Lo que hoy hacemos en Bailén adquiere todo su valor porque nuestro acto de coronación lo asociamos a la mano misma de Dios, que coronó a la Virgen para que compartiera la realeza de Cristo resucitado”.
Dirigiéndose a los miles de bailenenses congregados, el Obispo afirmó, “querido Bailén, sabed que son las manos de Dios las que coronan a María, no le resta ningún valor a lo que nosotros vamos hacer esta tarde, al contrario, eleva nuestras acciones con un brillo singular, hace que los gestos que nosotros estamos teniendo con Nuestra Señora de Zocueca coronada, tengan un maravilloso toque divino, sólo así podemos ver a la Virgen como Madre del Hijo de Dios, como colaboradora augusta del Redentor, como perfecta de Cristo y como miembro súper eminente de la Iglesia”.
El Obispo diocesano concluyó sus palabras diciendo, “esa corona que le ofrecemos hoy a la Virgen de Zocueca hace que se convierta en un don de Dios para nosotros, al poner la bendita y bella corona en su cabeza y en la de su Hijo Jesús, pongamos, con toda confianza en su corazón nuestras necesidades más profundas, sobre todo pidámosle, que nos sitúe siempre en el camino de la fe, en una fe que nos lleve al sueño misionero de llegar a todos, porque Ella es Madre de todos los hombres”.
Acto de coronación
Al finalizar la homilía, tuvo lugar el acto de coronación canónica, propiamente dicho. Éste comenzó con la lectura, por una miembro de la Archicofradía de Ntra. Sra. de Zocueca Coronada, del Decreto de coronación canónica Virgen de Zocueca, firmado por el Administrador Apostólico, D. Ramón del Hoyo López, el 29 de abril de 2016.
A continuación subió hasta el altar la Hermana Mayor de la Cofradía de la Patrona, Mª Ángeles García- Muñoz Medina, quien recogió de manos del sacerdote D. Manuel Sánchez Rodríguez las coronas de la Virgen y del Niño, que durante toda la celebración habían permanecido en unas andas en el altar. Las presentó ante el Obispo, quien las bendijo y pronunció las palabras del rito de la coronación. El Prelado subió hasta donde se encontraba la Virgen de Zocueca. Coronó al niño y a continuación a la patrona de Bailén. Un cerrado aplauso resonó en todo el Paseo de las Palmeras, y se oyeron algunas ovaciones y vivas a la Ntra. Sra. de Zocueca.
La Santa Misa prosiguió acompañada por la música y las voces del Coro y Orquesta MusicAlma, de la ciudad de Linares. Antes de concluir, el Vicario de Evangelización y párroco de La Encarnación de Bailén, D. Juan Ignacio Damas quiso agradecer a los fieles de Bailén su participación en todos los actos y cultos que durante este año se han llevado a cabo en la ciudad, organizados por la Iglesia, para preparar este acto canónico de una manera espiritual: charlas, conferencias, asambleas por las casas… que finalizaron con el broche de oro del acto de coronación.
Al finalizar la Eucaristía, la Virgen de Zocueca, ya coronada fue procesionada, de manera extraordinaria por la ciudad de donde es patrona. Acompañada por cuatrocientas mantillas, cofradías de Bailén y de otras ciudades y pueblos de la Diócesis y de las cuatro agrupaciones musicales bailenenses. Para este día tan señalado, la Virgen estrenó un manto, sufragado por los Hijos de Bailén y bordado en el taller de Javier García y Martín Suárez de Jaén. El tejido, en color blanco, y de estilo decimonónico tradicional fue bordado en la técnica de oro fino a realce y sedas, sobre tisú de plata. Además de motivos vegetales y piezas geométricas, destacaban dos cartelas con los bustos de San Andrés y Santa Gertrudis bordados en seda y, como motivo central, el misterio de la Encarnación, en alusión a la sede canónica de la Real Cofradía. En la cola del manto aparece la leyenda: “Los hijos de Bailén a Nuestra Señora de Zocueca Coronada MMXVII”
La procesión concluyó con la entrada de la Virgen de Zocueca coronada a la que es su casa, la Parroquia de La Encarnación.
Vaya altar pésimo, sin gusto y para nada acertado para este momento.
Un escenario para las azúcar moreno quizás