La beatificación de la Madre María de la Purísima de la Cruz en el estadio olímpico de la Cartuja de Sevilla ha sido un acontecimiento en el que participaron más de 45.000 fieles que han llegado de diversos puntos de la geografía nacional, de Italia y de Argentina. La celebración fué presidida por el prefecto de la congregación vaticana para la causa de los santos, Monseñor Amato, y concelebrado por el Nuncio del Papa en España, Monseñor Fratini, y los cardenales Rouco Varela, Amigo Vallejo, García Gasco, varios arzobispos, una veintena de obispos y más de doscientos sacerdotes.
El obispo de Jaén, D. Ramón del Hoyo López, también concelebró esta Eucaristía de beatificación de la sucesora de Santa Ángela de la Cruz.
La Madre María de la Purísima, cuyo nombre antes de ingresar en la hermanas de la Cruz era María Isabel Salvat Romero, nació en Madrid en 1926, en el seno de una distinguida familia de alto nivel social. Cuando contaba 18 años, ingresó en la Compañía de la Cruz. Tomó los hábitos en 1945, profesó temporalmente en 1947 e hizo los votos perpetuos en 1952. Fiel seguidora de Santa Ángela de la Cruz y observadora intachable de las reglas del Instituto, mantuvo intacto el carisma fundacional. Fue elegida Madre general de la Compañía de la Cruz en 1977, pero antes fue superiora de las casas de Estepa, Villanueva del Río y Minas, maestra de novicias y consejera generalicia. Falleció el día 31 de octubre de 1998. Su proceso de beatificación ha destacado por la rapidez ya que muchas de las personas que se han dado cita en la ceremonia de beatificación conocieron a la nueva beata, que falleció hace sólo doce años. Su humildad, pobreza, fuerte vida espiritual, espíritu de sacrificio, fidelidad al Evangelio y atención a los pobres y enfermos son notas que sobresalen en su biografía.
La nueva beata, Madre María de la Purísima, fue directora del colegio que las hermanas de la Cruz tuvieron en la localidad jienense de Lopera. Y durante su mandato como Madre general de la Compañía se fundó el convento que las hermanas de la Cruz tienen en Linares. Centenares de fieles de Jaén acudieron a Sevilla para la misa de beatificación, destacando los que procedían de las tres localidades de Jaén en las que estas religiosas tienen conventos: Linares, Torreperogil y Villacarrillo. También asistieron autobuses de Lopera y Arjona, en donde las hermanas de la Cruz estuvieron presentes hace años. La ceremonia contó con la presencia de la venerada imagen de la Virgen de la Esperanza Macarena que fué trasladada procesionalmente desde su basílica hasta el estadio olímpico.
También es destacable la presencia de la niña María Rodríguez Casado, cuya curación se atribuye a un milagro de Madre María de la Purísima que ha posibilitado su beatificación. La niña recibió su Primera Comunión entre los aplausos de los asistentes a la ceremonia de beatificación. También fué muy aplaudida, durante más de cinco minutos y con todos los miles de asistentes en pie, la referencia que Monseñor Amato realizó a la labor que realizan las hermanas de la Cruz.
Y no pocos menos a ver a la Esperanza.
Los que pudimos asistir, pudimos disfrutar de un acto muy emocionante y cargado de amor. Qué linda iba la Madre de Dios!