César Carcelén

Tiempo de espera, tiempo de mejora

Todo un año de espera para que el acto de la “Llamá” diera comienzo, como cada año, a la semana más grande de la capital del Santo Reino. Un tiempo que se cuenta de domingo a domingo y en el que el pueblo de Jaén hacemos profesión de fe por las calles de nuestra ciudad, tal y como nuestros mayores nos enseñaron.

En una época en la que “no se lleva” ser cristiano, las calles han estado llenas de personas que se agolpaban a lo largo de los recorridos de nuestras hermandades. No importaban los retrasos, cambios de itinerario o suspensiones a causa de las inclemencias meteorológicas. El pueblo de Jaén, como siempre, era fiel a su cita. Tenía ganas de Semana Santa, se encontraba deseoso de presenciar cómo los cofrades rezamos a Jesús y a su bendita Madre, en definitiva, estaba con hambre de Dios.

Pese a que aún podemos recordar como si fuese ayer, las estampas que nos ha dejado cada cofradía y que harán única e irrepetible la Semana Santa de 2016, tenemos que esperar hasta el próximo Domingo de Ramos para que las imágenes del Hijo de Dios y María Santísima vuelvan a procesionar por las calles de Jaén. Se inicia un tiempo de espera de algo más de un año para abordar nuevos proyectos y renovar ilusiones de esta forma de vida que es ser cofrade. Es un momento idóneo para preguntarnos qué hemos hecho bien y qué debemos corregir de cara al año que viene.

Podemos plantearnos multitud de preguntas sobre qué mejorar. Un ejemplo de estas cuestiones es la que proponía hace un año el pregonero de la Semana Santa de 2016, D. Francisco Sierra Cubero, en un artículo de opinión para Pasión en Jaén con el siguiente título: “¿Cuidamos al hermano de luz?”. Este artículo se centraba en el cuidado del patrimonio humano de nuestras hermandades, mencionando los largos parones que sufren las filas de nazarenos durante las estaciones de penitencia. En esta ocasión, me gustaría ampliar el foco de la pregunta que hacía el pregonero. ¿Cuidamos el patrimonio humano de nuestra Semana Santa?

Si entendemos por patrimonio humano de las cofradías a aquellos hermanos que de una forma u otra participan de la vida de la hermandad, como patrimonio humano de la Semana Santa también debemos incluir a todas aquellas personas que asisten a esta catequesis pública año tras año, bien sea desde las sillas del itinerario oficial, desde las aceras o apostadas en balcones.

Teniendo en cuenta que encontramos personas de todas las edades, destacando la presencia de niños y personas mayores, y que en muchos casos los tiempos de espera son eternos, el acto de presenciar nuestra Semana Santa se convierte en un enorme sacrificio que puede hacer plantearse ver las cofradías de paso o no ver la estación de penitencia de todas las hermandades.

Mirado desde esta perspectiva, el cumplimiento de horarios y el ajuste de los tiempos de paso a tiempos de paso razonables son obligaciones de las cofradías por respeto a cada una de estas personas. Además, no podemos olvidar que el fin último de la Semana Santa es evangelizar por las calles y no debemos convertir las procesiones en largas y tediosas “homilías”.

Existe el debate sobre en base a qué deben definirse los tiempos de paso. Unos defienden que deben establecerse teniendo en cuenta el número de pasos de la hermandad. Otros sostienen que deberían de fijarse atendiendo al número de miembros que integran los cortejos. Por último, también hay quienes defienden que la idiosincrasia de cada hermandad es un hecho a tener en cuenta.

Está claro que para establecer los tiempos de paso no afecta una sola variable. Esta ecuación tiene que definirse atendiendo como mínimo a estos 3 factores, buscando el beneficio de todos los integrantes del cortejo y también de las personas que arropan a la hermandad por su itinerario. De este modo, es muy importante que tanto el hermano que participa en su estación de penitencia como la persona que contempla a la hermandad en la calle se queden con buen sabor de boca de cara a repetir el año que viene.

Ajustar el tiempo de paso hasta que sea óptimo es una ardua tarea que se consolidará con el transcurrir de los años tras probar distintos horarios e itinerarios pero que merecerá la pena, incrementando el patrimonio humano de cada cofradía y de nuestra Semana Santa. Por este motivo, desde estas líneas animamos a las distintas hermandades a aunar esfuerzos para conseguir este objetivo.

Tenemos más de un año para reforzar todo lo bueno que realizamos y corregir aquello que todavía tiene margen de mejora ya que es responsabilidad de todos los cofrades trabajar por y para engrandecer nuestra Semana Mayor.

Francisco José Quesada Real

Artículo publicado en el nº1 de la revista de Pasión en Jaén

3 comentarios en “Tiempo de espera, tiempo de mejora

  1. Me va usted a perdonar Sr. Quesada, pero no termino de estar de acuerdo con su publicación. Cierto es que es necesario cuidar del Patrimonio Humano de cada Cofradía y mas cierto aún el respeto que debemos TODOS a esas personas mayores en especial, que estoicamente aguardan el paso de las Sagradas Imágenes a las que rezan, a las que piden…, ante las que lloran, pero a veces, no siempre, solo a veces, es necesario llamar a las cosas por su nombre y, en este caso y ante las costumbres de otros lares y que ya en casi todas nuestras Cofradías, se ha introducido, hace falta un análisis bastante mas profundo que, evidentemente, no puede limitarse al cumplimiento de horarios para definir como “largas y tediosas homilías” nuestras Estaciones de Penitencia, pasen o no por la Catedral.

    Debemos de dejarnos de hipocresías. Cualquier Cofradía de Jaén en la década de los sesenta, setenta, ochenta y noventa del siglo pasado y hasta en algunos años de la primera década de este siglo, transcurría en esa “misión evangelizadora” y por cualquiera de las calles que conformaban su itinerario, de una forma acorde al número de pasos que la componían y acorde también con el número de miembros que integraban el cortejo. Hoy día, no es así, porque aquella “misión” ha desaparecido, se ha transformado en un espectáculo con el que solo se persigue llamar la atención del espectador.

    El estridente sonido de unas bandas de cornetas y tambores o agrupaciones musicales, ya no es como aquél marcial y majestuoso que salía desde las, para mi inolvidables bandas de cornetas y tambores de los soldados romanos, de la Cruz Roja, del Regimiento Alcántara o de la banda de música de Guardia Civil que acompañaba la Cofradía de las Siete Escuadras. Ya ni tan siquiera la Banda Municipal suena como antaño. A esas personas mayores a las que usted dice que debemos de respetar con el ajuste de los tiempos de paso, les gustan los pasodobles, el vals, el foxtrot y los boleros. Les gusta la marcha del Abuelo del maestro Cebrián y desde las Cofradías, se les está dando reguetón, hip hop, Funky y hasta electro-dance y en lugar de la marcha del Abuelo, se les está obligando a escuchar sones como “Pasan los Campanilleros”, “La Madrugá”, “Señor de San Román”, “Amargura”, “Rocío”, “Callejuela de la O” o “Estrella Sublime”, entre muchas otras, todas ellas muy respetables, pero todas nacidas en y para la Semana Santa de Sevilla.

    Se les está dando hasta la marcha de La Macarena con el “oooeee” incluido para darles alegría a su cuerpo y, me parece muy bien que se pretenda darles alegría al cuerpo de los mayores, pero para eso, hay cincuenta y una semanas más dentro del año.

    Desde aquellas décadas a las que antes me refiero y que son las que he vivido, nunca, ningún niño como yo lo fui, ni ninguna persona mayor, como mi abuela o mis padres, o como ahora lo soy yo, tenía ningún problema con el transcurrir de ninguna Cofradía y mucho menos con la única que suponía un esfuerzo que llegaba hasta el cansancio, precisamente, la de Nuestro Padre Jesús, la del Abuelo, en la que el silencio, la oración callada, el susurro de las peticiones y hasta las gratitudes ahogadas en cada garganta por lágrimas derramadas por fuera y por dentro se hacían presentes cuando en la cercana lejanía se comenzaban a escuchar los acordes de la marcha del Maestro Cebrián.

    La marcha del Maestro Cebrián, la nuestra por antonomasia que se escucha en el mundo entero y que, también en aquellas décadas se escuchaba desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección y que hoy solo la oímos en vivo y en directo el Viernes Santo y no, precisamente gracias al empeño de quienes debieran de cuidar por el “patrimonio humano”, y ahora no me refiero al de cada Cofradía, sino al patrimonio humano del pueblo sencillo y llano de Jaén, que no es el que se asoma a la puerta de los bares para ver pasar “el santo” ni el que los llena una vez que “el santo” ha pasado.

    A nuestra Agrupación de Cofradías que es desde donde parte esa idea, para mí absurda, de “respetar los tiempos”, le da exactamente igual el tiempo que tarde La Borriquilla en su itinerario por el Barrio de Belén, de ida o de regreso; le da exactamente igual el transcurrir de La Estrella por el barrio de la Alcantarilla, o el de la Santa Cena o La Amargura por el barrio de Peñamefecit. Que los Pasos por los barrios de La Merced o de San Ildefonso, sean lentos o rápidos, les trae sin cuidado. El problema está únicamente en el paso por el llamado “itinerario oficial”, donde los miembros de la Agrupación de Cofradías esperan, en compañía de sus ilustres invitados y, ¿qué duda cabe?, la espera se les hace larga.

    Y, no nos engañemos ni seamos hipócritas. A la Agrupación de Cofradías, no les preocupa la idiosincrasia particular de cada Cofradía ni la de nuestra Semana Santa en general, sus costumbres, raíces y tradiciones. De hecho una buena parte de sus componentes, son de la opinión de que en Jaén no tenemos nada de eso y, a lo mejor, hasta es posible que tengan razón cuanto son tantas ya las Cofradías que cumplen su “misión catequista” copiando el hacer de otros lugares en los que, sin duda, “el tiempo”, no supone ningún problema.

    Gracias a Dios, nunca mejor dicho y a pesar de todo, en Jaén, aún quedan Cofradías que miden “el tiempo” desde otra perspectiva bien distinta, procurando ajustarlo al sentimiento de esas personas mayores que, por no saber si será el último año, les parecerá excesivamente corto el transcurrido durante el paso de la Imagen a la que veneran. ¡Tan corto!, que no serán capaces de enseñar a sus hijos o a sus nietos, lo que aquella Imagen representa para ellos, ya sea en el barrio de Belén, La Alcantarilla, Peñamefecit, La Merced, San Ildefonso o cualquier otro rincón de nuestro Jaén.

    Quizás, una forma algo mas real y auténtica de cuidar del patrimonio humano y, sobre todo, mas acorde con nuestra idiosincrasia, nuestras costumbres y nuestras tradiciones que, evidentemente, SI que las tenemos.

    Huelga decir, cual es mi Semana Santa y cual es MI COFRADIA, desde la que espero que se sigua respetando como merecen y como se ha hecho siempre a las demás Cofradías, pero, sobe todo, que se sigua respetando nuestra idiosincrasia, nuestras costumbres y nuestras tradiciones. Esas cosas que nos llenan del orgullo de ser cofrades DEL ABUELO.

    ¡VIVA NUESTRO PADRE JESUS!
    ¡VIVA EL ABUELO!

  2. Cuando he visto publicada esta noticia,ya anteriormente publicada en el primer ejemplar de la revista PASION EN JAÉN,he vuelto a mirarla detenidamente,y por más vueltas q le dado al asunto,sigo sin entender el atrevimiento q ha tenido el autor de la misma a publicar dicha noticia.
    Esta persona,califica la SEMANA SANTA DE JAÉN en su publicación como ” Un tiempo que se cuenta de domingo a domingo y en el q el pueblo de Jaén hacemos profesión de fé por las calles de nuestra ciudad,tal y como nuestros mayores nos enseñaron”.
    Bien,pues dicho esto,en absoluto puedo estar deacuerdo con esta afirmación,ya q aunque cada cual hace profesion de fe por nuestras calles a su manera,todas respetables aunque no sean compartidas,si q no se puede tener el
    atrevimiento de decir”como nuestros mayores nos enseñaron”.De un tiempo acá,hemos vivido un cambio radical en casi todas las cofradias de Jaén,y digo casi todas,xq gracias a Dios,alguna como la mia,la del ABUELO ,sigue manteniendo los valores y las raices q nuestros mayores,esos mayores a los se hace mencion en este artículo,si q nos enseñaron y dejaron en herencia.Nuestros mayores,q yo sepa,no nos enseñaron a hacer de nuestra SEMANA SANTA un circo como lo q para mi es actualmemte la Semana Santa de Jaén,SEMANA SANTA CON IDENTIDAD PROPIA,CON ADN JAENERO,y q poco a poco entre Agrupación de cofradias,juntas de gobierno de hermandades y cofrades de a pie,se han empeñado en acabar con ella,unos permitiendo casi de todo y otros copiando,como auténticos”paletos” costumbres de otros lados.Si señor,como paletos es como nos califican nuestros vecinos de Andalucía occidental,ya q teniendo nuestra propia identidad hemos hecho malas copias de lo suyo.SEVILLA ES SEVILLA Y JAÉN ES JAÉN…..así es como se nos vé desde fuera,y no por no “evolucionar en no se q” como dicen los entendíos de Semana Santa de ahora,si no por lo anteriormente dicho.Nuestros mayores no nos enseñaron a q los fabricanos y no capataces,los capataces estaban en las obras”,se quitaran el traje de estatutos para dirigir el trono y se colocaran un traje oscuro con corbata y mucha gomina en la cabeza,como si en una boda estuviesen.
    Nuestros mayores no nos enseñaron a q esos mismos fabricanos,criados en San Ildefonso,La Alcantarilla,La Merced o cualquier otro barrio de Jaén,fuesen pegando voces todo el recorrido con expresiones impropias de NUESTRO JAÉN,como el “mi armaaa”,”menos paso quiero”,”vámonos de frente con Él”,etc…
    Nuestros mayores,los de Jaén,por si alguien no se ha enterado todavia,no nos enseñaron a ponernos un saco de yuste en la cabeza,sacos q hasta hace algunos años se compraban en LOS MARTINEZ de la plaza de el pósito de nuestra ciudad para q los albañiles los llenaran de arena y escombro para servicio de la obra hasta q llegaron las grandes espuertas q los sustituyeron,para llevar un Trono.Con lo del saco de yuste me refiero al costal,ese costal q algunos se encajan en la cabeza hasta incluso taparse los ojos y no ver ni a tres montaos en un burro.
    Nuestros mayores no nos enseñaron a los portadores de los tronos a ir “despecheretaos” detrás de los mismos con camisetas de tirantes para lucir brazos y pantalones “rabicortos” estando a 7 u 8 grados centígrados de temperatura,detrás de los tronos,q yo sepa,solo han ido de toda la vida los músicos y las promesas con cruces,no cuarenta personas en tirantes y pantalones rabicortos a cara descubierta para q todo Jaén los vea.
    A todas estas personas las respeto desde lo mas profundo de mi ser,aunque no comparta sus ideales,muchas de ellas,de hecho,han sido o siguen siendo compañeros míos LLEVANDO AL ABUELO a nuestro estilo,al de Jaén,al de siempre,a doble varal,vamos,con los 2 hombros.
    Todo esto,digo de nuevo,me merece el mayor de los respetos xq cada uno vive nuestra SEMANA MAYOR a su manera,pero es más q evidente,q esa forma o manera o como queramos llamarla,NO ES LA NUESTRA,NO ES LA Q NUESTROS MAYORES NOS ENSEÑARON.
    Tengo q hacer mención tb q desde la propia Agrupación de cofradias se están afanando en presionar a la cofradia de JESÚS trasladándole a sus dirigentes q “JESÚS no puede tirarse 12 horas en las calles de Jaén el Viernes Santo”q tiene q cumplir los horarios,o sea,la misma cantinela q se dice en esta publicacion,parecen haberse puesto todos deacuerdo para aprenderse el mismo guión y soltar idéntico discurso….
    Mi cofradia,la del ABUELO y al q me honro en LLEVAR sobre mis hombros cada VIERNES SANTO,igual q un dia lo hizo mi bisabuelo,pasando por mi abuelo,despues mi padre,vamos,MIS MAYORES,hasta llegar a mi hermano y a mi,siempre ha estado en la calle no 12 horas,algunos años hasta 14,15 o 16,y q yo sepa,nadie en todos estos años hasta el “boomm”de la prisa q les ha entrado a algunos,ha abierto el pico al respecto.Q es lo se nos pretende hacer creer a los JAENEROS,q nos cansa el VER AL ABUELO POR NUESTRAS CALLES EL VIERNES SANTO?
    VIERNES SANTO tenían q ser los 365 dias del año para q JESÚS CON SU PASO Y SU HIMNO,bendicieran las calles de Jaén una y otra vez….
    Q es lo q se pretende en realidad?
    Yo creo q lo de cuidar el patrimonio humano suena a chiste,a milonga,y lo q en realidad se pretende es SEVILLANIZAR aún mas la cosa,como si no tuviésemos bastante ya….
    Tb se dice en esta publicación q el “fin último de la semana santa es evangelizar por las calles y no debemos convertir las procesiones en largas y tediosas homilias”.
    Pues bien,quizà q tb a esto ,el responsable del artículo,tenía q haber añadido para terminar aparte de no convertir las procesiones en” largas y tediosas homilias”,en no convertir las procesiones en un circo lleno de folklore,aspavientos y mas parecido al carnaval de cadiz q a una procesión.
    Debemos de saber de donde venimos y a donde vamos,JAÉN tiene su propia identidad,no machaquemos lo nuestro para engrandecer y emcumbrar lo demás,mientras no tengamos autoestima y AMOR por lo nuestro,por lo q un dia NUESTROS MAYORES NOS ENSEÑARON,JAÉN nunca se LEVANTARÁ

    1. Me ha gustado mucho tu comentario Sergio y te doy la enhorabuena por tus sabias y acertadas reflexiones que, al igual que las mías, mas o menos acertadas también, caerán en saco roto mientras al frente de las Cofradías y de la Agrupación y también de los medios mediocres de comunicación que tenemos, haya sevillanos, nacidos en Jaén, en Murcia o en Albacete, pero sevillanos empecinados en ignorar nuestras auténticas raices, costumbres y tradiciones y hasta en afirmar que nunca las hemos tenido. Ya lo dijo Jesús de Nazaret. “Nadie es profeta en su tierra” y aquí en Jaén, por desgracia, los profetas que hoy tenemos, son todos del “Sanedrín”, que también empieza por “S” como “Sevilla” y….., sálvese quién pueda.

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