El de ayer era un día grande para todos los fieles de Nuestra Señora de la Capilla. Un año muy especial, puesto que además de haber estado varios meses fuera de su ciudad para ser restaurada, la imagen procesionaba este año desde la Catedral de Jaén.
No sólo procesionaría, sino que los grandes actos tendrían el magno templo como protagonista. Por esa razón, el tiempo era ayer mucho más preocupante que otros años, puesto que en esta ocasión se esperaban vivir momentos mucho más especiales. Y así, con los ojos de los fieles puestos en el cielo, se desarrolló una intensa jornada de fe y devoción. Eran aproximadamente las 12.30 de la mañana, tras la Misa de los Cabildos, y la Plaza de Santa María era ya un hervidero de gente esperando el inicio de la ofrenda floral. Mientras tanto, la Catedral de Jaén, con sus tres puertas de la fachada principal abiertas de par en par, invitaba a pasar a recorrer el hermoso templo camino del altar mayor, donde aparecía, bella y majestuosa, la imagen de la Virgen de la Capilla.
Y pasada la una de la tarde, hora prevista para el inicio de la ofrenda, la Plaza de Santa María no podía estar más concurrida. Jinetes a caballo, y puñados de fieles ataviados con los tradicionales trajes de chirris y pastiras -gracias al compromiso de la Asociación “Lola Torres”- se dirigían hacía la Puerta del Perdón, donde estaba preparado el altar para ofrecer sus flores a la patrona de Jaén. Pero eran muchos más los que esperaban, con su ramo de flores en ristre, para entregar esa muestra de cariño y devoción a Nuestra Señora de la Capilla.
Después de una tarde en la que el sol había hecho acto de presencia, conforme se acercaban las ocho de la tarde -hora prevista para la salida de la imagen en procesión- el cielo volvía a tornarse oscuro y el viento hacía encogerse los corazones de los fieles. A las ocho en punto se abrían las puertas de la Catedral para que comenzase a salir el solemne cortejo. Abría el paso la Agrupación Musical María Auxiliadora que con sus sones deleitó a la gran masa social que se dió cita para ver la procesión, tras ellos una amplia representación de cofradías de Pasión y Gloria de la ciudad, seguidas por un buen puñado de ediles del Ayuntamiento de Jaén. Pero todo el mundo esperaba a la Reina de Jaén, la Virgen de la Capilla, que salió arropada de cariño a la Plaza de Santa María, ataviada con un manto verde y oro. Aplausos y la Banda de Música de Jaén, para acompañar a la imagen desde este hermoso rincón de Jaén, para recorrer después su itinerario oficial.
Una lástima que la patrona de la ciudad estuviera acompañada por el pueblo solo en la Plaza Santa María, Carrera y Plaza de la Constitución, porque a partir de ahí la afluencia de publico bajo muchísimo y había calles como Roldan y Marín Correa Weglison y Virgen de la Capilla donde la procesión iba sola. Se tendría que plantear esta Junta de Gobierno el eliminar las calles que no aportan nada a la procesion e ir mas por las de su barrio. Por cierto que menos cofradías y mas personas alumbrando a la patrona ahi es donde se ve la veneración y el amor a la Virgen, si se quitan a las representaciones y Junta de Gobierno donde esta el resto de cofrades. Me parece que no hay la suficiente devoción que habría que tenerle a nuestra patrona la Virgen de la Capilla.
llevas mucha razon manuel las cofradias deberian ir fuera y por favor cuando halla algun acto en la catedral por favor que la buena muerte no se meta por medio.
Como que la buea muerte no se meta por medio, po favor sabes lo que as dicho antonio?? pero porque salen en todo por devocion o lucimiento??
Por devoción a quien, es por lucimiento personal sobre todo de una persona su vicehermano mayor que parecia el dia de la procesion un general con la banda y las medallas colgando y el tan feliz y contento parecia una miss saludando a todo el mundo como si el fuera el protagonista, sin saber que estaba en la procesión de la patrona de la ciudad, que es la verdadera protagonista de ese dia.