El pueblo de Villargordo acogió en la noche del Miércoles Santo, con un silencio sobrecogedor, a la imagen del Stmo. Cristo del Amor y Sta. Vera-cruz, que portado sobre los hombros de sus costaleros, sin trono alguno, transmitió con su muerte, el mensaje de la salvación. Un silencio únicamente roto con los sones, en pequeños fragmentos, de la música de capilla y por el sonido producido por las cadenas, que sus cofrades de túnica granate, llevan abrazadas a sus tobillos. Se hizo el silencio. Un silencio de duelo, tenso y sereno. Tanto cofrades como devotos tuvimos que agudizar nuestros sentidos para oírle cuando pasaba, por que lo hizo muy despacio, rozando las paredes de nuestros sentimientos, de nuestro corazón y de nuestra alma.
El Cristo presenta el rostro dolorido y descompuesto por el martirio. Su cabeza caída, los ojos vencidos por la muerte. A su dolor le ha seguido la paz. A su angustia le ha seguido la serenidad. A su muerte le seguirá la vida.
En esta Semana Santa, la Hermandad a estrenado un nuevo estandarte de corte antiguo y diseñado en estilo rocalla. Sobre terciopelo azul marino y trasera de damasco en azulón, el estandarte tiene un corte como los estandartes antiguos, en forma de “V” invertida o de picos. En la parte central se ha insertado el medallón con una pintura del Stmo. Cristo del Amor y Santa Vera-cruz sobre un mar de olivos, obra de la artista local MªJosé Muñoz Checa. A Ambos lados, en la parte inferior, se ha insertado la imagen del “Pelícano” como símbolo del Amor y “El Sol y la Luna”, como principio y fin.
Crónica cortesía de Jesús Ibáñez