El pasado 2 de febrero, como todos los años, el Movimiento de Vida Ascendente celebraba el día de sus patronos en la fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el templo. Los santos Simeón y Ana, que en su ancianidad, acogieron a Cristo, “Luz de los pueblos” son los modelos de fe para este movimiento de mayores. Este año, además, Vida Ascendente conmemoraba el 25 aniversario de la presencia del movimiento en la Diócesis de Jaén.
“Miramos atrás dando gracias a Dios por los frutos de estos 25 años. Pero, también tenemos que mirar hacia adelante porque tenemos mucho camino que recorrer y hay que seguir subiendo y ascendiendo”, comentó D. Facundo López, consiliario de Vida Ascendente. La jornada se celebró en el Seminario Diocesano.
D. José Checa, consiliario del movimiento de Vida Ascendente durante 5 años, fue el encargado de una interesante conferencia sobre los patronos Simeón y Ana, y la tarea de los miembros del movimiento. “Los cristianos, en medio de nuestro mundo, debemos presentarnos como creyentes en el Mesías Salvador, que es reconocer que el Señor está en medio de nosotros. Y los caminos de Dios son los caminos del Amor. Un miembro de Vida Ascendente, aunque le fallen las fuerzas o no pueda realizar determinadas tareas que podía realizar cuando era más joven, tiene corazón y ese corazón es siempre capaz de amar, de agradecer las maravillas que el Señor ha hecho en su vida, de ponerse a la escucha y de hablar con el Señor. El haber hecho un largo recorrido en la vida es una llamada a sentirnos y ser colaboradores de Dios, a vivir la coherencia de la vida cristiana, a estar siempre como Simeón y Ana en actitud de servicio. Que Simeón y Ana, nuestros santos patronos, nos ayuden a ser fieles a la espiritualidad generosa en la amistad y comprometidos en el apostolado”, explicaba Checa.
Tras la conferencia, se hizo un pequeño homenaje a los antiguos consiliarios del Movimiento de Vida Ascendente y a los anteriores presidentes y miembros de la Comisión diocesana, entregándoles un obsequio. El momento central de esta jornada festiva fue la celebración de la Eucaristía, presidida por el Sr. Obispo, D. Ramón del Hoyo, y concelebrada por el consiliario de Vida Ascendente, D. Facundo López y otros sacerdotes de la diócesis. Así, coincidiendo con el día de la ‘Candelaria’, la ceremonia se iniciaba con la bendición y la procesión de las candelas.
El Sr. Obispo quiso comenzar su homilía haciendo un breve recorrido por el movimiento y sus consiliarios y miembros desde su inicio en el año 1987. Asimismo, felicitó a Vida Ascendente por su 25 aniversario.
“Una larga vida debemos considerarla un don de Dios, pero no sólo para nosotros, sino, sobre todo, para los demás. El amor cristiano no termina con la jubilación. Nuestra misión a favor de la Evangelización se extiende mientras podamos, mientras tengamos fuerzas. Nuestra oración con Cristo por todos se prolonga hasta el último instante de nuestra vida. El anciano desde su óptica sabia de la vida ve lo mejor para sus hijos, para sus familiares, para sus nietos y amigos. Su sola mirada, su apoyo con hechos y pocas calan muy profundo y producen frutos, aunque a veces no se vean”, continuaba D. Ramón del Hoyo.
El Sr. Obispo, quiso, para finalizar, animar a los miembros de Vida Ascendente a seguir trabajando, ante todo, en la trasmisión de la fe. “Les animo, por mi parte, a seguir con tesón el camino emprendido para abrir siempre sus puertas a otros, que los van a suceder en la misma fe. La luz que es Cristo no podemos ocultarla. Se ha puesto en nuestras manos, simbólicamente en esa vela, para mostrársela a los demás, en nuestras casas, en nuestras parroquias y en todos los rincones, para iluminar a cuantos se acerquen a nosotros. Dios nos envía como misioneros para que, cómo Simeón y Ana, presentemos a los demás a nuestro Salvador”. La jornada finalizó con la comida fraternal.