El sueño de los despiertos. Así se ha calificado en infinidad de ocasiones la Semana Santa según Andalucía. Tal vez sea por su carácter efímero, o por la pasión con la que cada cofrade la vive interna y externamente. O sin embargo, puede ser que se refiera a la infinidad de matices que la componen, capaces de desbordar los cinco sentidos de nuestro ser. Todo captado, vivido y sentido en siete días intensos, en los que la fe vence al cansancio, en los que el alma dirige y conduce a nuestro cuerpo. Días de primavera esperados, imaginados y trabajados con antelación, para que todo esté como siempre, para que todo sea nuevo y nada cambie.
Sea como fuere, la frase de Aristóteles, “la esperanza es el sueño de los despiertos”, la aplicó el periodista sevillano José Antonio Rodríguez a la Semana Santa en un sentido figurado que la hizo presente en pregones y audiovisuales. Hoy, en este 2020, esta oración copulativa se ha desprendido de la alegoría para hacerse cruda realidad.
Una pandemia acabó con la espera y el sueño, e incluso se está llevando a muchos de los que nos legaron esta Pasión. Por eso, no cabe más que la esperanza en que esta pesadilla que sufrimos despiertos se marche para que podamos dormir y soñar en recuperar nuestra vida y la forma que tenemos de vivirla. Este 2020 te asomarás al balcón para aplaudir, pero no el trabajo costalero o el solo de una corneta. Y mirarás el móvil, una y otra vez, para ayudarte a recuperar la memoria con fotografías y vídeos del pasado, porque esta Semana Santa vivirás del recuerdo.
Mientras tanto, Pasión en Jaén te acompañará, como lo lleva haciendo diez años, en esta Semana Santa en la que Cristo volverá a sufrir su Pasión y Muerte para devolvernos la vida plena en su gloriosa Resurrección. No habrá nazarenos en las calles, porque los capirotes aguardan en el altillo de armarios donde las túnicas esperarán otra primavera. Tampoco sonarán las marchas en las plazas de la bulla, ni la cera iluminará la oscuridad del silencio de una Madrugada. Sin embargo, nos quedan las palabras y la memoria, para imaginar y revivir el gozo de otros años. Con ambas, y tu complicidad, vamos a contar esta Semana Santa de 2020, vivida en las casas y soñada en las calles.