El Besamanos a Nuestra Señora del Rosario adelanta la llegada del mes de octubre a una ciudad que lo espera con los trajes de faralaes en el armario. Sin embargo, en el silencio de la clausura dominica, la Madre reclama la atención en un barrio de Estrella.
Hasta la Iglesia Conventual de la Purísima Concepción se acercaron muchos cofrades y devotos para dar un beso por cada cuenta. Cada cuenta del Rosario y cada cuenta pendiente de un año de alegrías y sinsabores. Cada cual, con los suyos.
Fotografías: Manuel J. Quesada Titos