Desde hace unos días el atrio del Real Monasterio de Santa Clara cuenta con una representación fidedigna en un azulejo de la valiosa talla del crucificado estudiantil para la veneración de los fieles, una obra que engrandece el legado patrimonial que ya arrastra esta devotísima imagen.
De hecho, para la celebración de su fiesta este pasado fin de semana la hermandad mercedaria quiso hacer honor a la disposición de su titular en el siglo pasado a través de la recreación de un altar de culto cuyo testimonio gráfico aparece publicado en la revista Don Lope de Sosa, en 1930.
En la fotografía aparece el Santísimo Cristo de las Misericordias en el coro alto del templo de Santa Clara. De esta manera, el equipo de priostía apostaba una vez más por retrotraerse al sabor de antaño de una hermandad que continúa reinventándose a través del tiempo.