Que Dios me perdone
Estando en casa tranquilo el pasado fin de semana, escuchando de fondo el murmullo de la televisión que anima mis noches de sábado, me puse a actualizar mis redes sociales. Rápidamente se me vinieron a la mente toda esa gente que me preguntaba si no me iba a ir para Sevilla, pues Twitter, Facebook e…