Es difícil superarse en cada culto, en cada acto. Las hermandades, en su mayoría y cada una en función de sus posibilidades, se afanan para innovar y sorprender al cofrade y devoto, para cautivar su atención mediante la belleza. Es en este punto donde siempre hay que destacar el cuidado y buen gusto de la Hermandad de la Expiración. Es cierto que el templo y la disponibilidad del mismo hacen mucho, pero otra cosa es la disposición de los elementos, sean muchos o pocos.
Con todo ello se alcanza una atmósfera que invita a la oración, al silencio y al recogimiento. Porque no olvidemos que para eso se organizan Besamanos o Besapiés que luego son comentados en los foros cofrades donde se califica o descalifica casi todo. Sin embargo, lo del Besamanos a María Santísima de las Siete Palabras logró dejarnos sin palabras, y para bien.
Fotografías: José M. Anguita