Un pregón justo en todas sus vertientes: de mensaje, de expresión y de tiempo. Así fue el XV Pregón de Exaltación de la Juventud Cofrade que cada año organiza el Grupo Joven de la Hermandad de la Borriquilla y que sirve de antesala de la Cuaresma y los muchos pregones que se sucederán en los próximos fines de Semana. En esta ocasión, Santiago Capiscol, hermano de la Buena Muerte y colaborador de Pasión en Jaén, fue el encargado de levantar los corazones de quienes ahora aprenden en el seno de las cofradías para en un futuro tomar sus riendas. Un pregón en el que Capiscol tocó los pilares fundamentales de las hermandades y el papel de la Juventud en las mismas, con referencias constantes a las distintas advocaciones de Pasión de la ciudad. Un mensaje claro, sin excesos ni teatralidad en la locución, y en poco más de media hora. Lo justo para agradar y lo que es más importante, lograr que cale lo transmitido.
Antes, en su presentación del pregonero, Manuel Jesús Negrillo, pregonero en 2013, y vice vocal de Formación y capataz de Nuestra Señora de la Paz, apuntó aspectos a tener en cuenta manifestando que el grupo joven no es un peón, llamado solo para limpiar la plata o representar cuando nadie la junta de gobierno puede o quiere asistir a los actos, sino que a los jóvenes hay que enseñarles, prepararles y también, escucharles.
Por su parte, Capiscol arrancó su pregón con el conocido poema de Rubén Darío sobre la Juventud y se detuvo en la suya particular, sus inicios cofrades hasta alcanzar la madurez que a día de hoy, manifiesta a sus 30 años. A partir de este momento, el pregonero tomó el ejemplo de Juan, el discípulo amado, que siempre estuvo junto a María y Jesús, para que sirva de espejo a nuestros jóvenes cofrades, cargados de ímpetu, ingenio y coraje.
Sin embargo, el joven pregonero centró su mensaje en la formación y en la caridad. “Formación porque no se puede amar lo que no se conoce”, comentó. Formación en valores que Capiscol reflejó en los pasos de las Hermandades de Semana Santa para concluir con un mensaje claro: “sobran medallas y tertulias cofrades, si los bancos de las parroquias siguen vacíos”. Sobre la caridad, animó a los presentes a estrechar lazos de unión con el más necesitado y “acordaos de nuestros mayores, los que nos legaron las cofradías”.
Antes de concluir, Capiscol se refirió al joven músico “que ensaya todo el invierno esperando la primavera”; al joven costalero “para que no se pierda en lo que hay debajo del canasto”; y al joven nazareno “ejemplo de fe, porque tu caminar es el poso que queda de tu cofradía”. A todos exaltó con un “acudamos jóvenes, al gozo de la Semana Santa”.