Las previsiones apuntaban una jornada festiva pasada por agua, sin subida al Castillo ni sardinas asadas bajo el pinar que da sombra a la ciudad. Sin embargo, a la hora fijada para iniciar la subida de Santa Catalina de Alejandría, solo unas pequeñas gotas se atrevían a mojar las calles y campos. Con esa llovizna ligera, con Santa Catalina cubierta con un gran plástico y un paraguas a sus pies, se inició la romería desde la Parroquia de la Inmaculada y San Pedro Pascual.
Con menos gente de lo habitual, motivado por el día gris, el cortejo caminó por los barrios de La Gloria, San Felipe y El Almendral antes de iniciar el sendero que le llevó a la fortaleza en cuya torre aguarda todo el año la Santa que fue primera patrona de Jaén.
Una vez en la cima, en el patio de armas del Castillo que lleva su nombre, se celebró la Santa Misa en Honor a Santa Catalina de Alejandría, dando paso a su finalización al aspecto lúdico y festivo de una jornada de tradiciones que este año retó al cielo.
Fotografías: Manuel J. Quesada Titos