Con un templo lleno de fieles, cofrades y devotos comenzaba la Fiesta Solemnísima en Honor a la Virgen del Carmen y de Ánimas de la Parroquia de San Bartolomé.
Durante toda la mañana y parte de la tarde de ayer se sucediéron las muestras de cariño en forma de rezo, de oración y de ofrendas florales que no dejaban un solo hueco vacío en el pequeño y delicado camarín de la Reina y Hermosura del Carmelo. La Homilía estuvo a cargo del Párroco de dicha iglesia y Capellán de la cofradía Ilmo. Sr . D. José Lomas Mayas, que con brillantez teológica definió, con textos de Juan Pablo II, el significado de la advocación del Carmen y cómo la Iglesia a través de los tiempos ha introducido esta fiesta con la importancia que merece dentro de las Advocaciones Marianas, debido a su extensa devoción.
Tras la Eucaristía, que concluyó con aplausos por tan ferviente homilía, se realizó el Acto de Consagración a la Virgen y bendición e imposición de Escapularios de la Orden, así como el canto de la Salve Marinera.
Como cada año y así lo lleva haciendo ininterrumpidamente desde el 28 de julio de 1941, la Virgen del Carmen y de Ánimas ha estado acompañada de los giennenses y cofrades carmelitanos, demostrando que "la llama de amor viva", como escribía nuestro padre San Juan de la Cruz en sus poemas, está más viva que nunca en el amor a dicha titular mariana. ¡Viva la Virgen del Carmen!