Decía San Agustín que quien canta reza dos veces. Algo así hacen los músicos cofrades que acompañan a las Sagradas Imágenes cuando salen a las calles.
Hoy, con motivo de Santa Cecilia, van estas primeras palabras dedicadas a todos ellos: jóvenes y no tan jóvenes que dan su tiempo a una afición que les apasiona y que ponen su talento al servicio de un colectivo.
Muchas son las horas de otoño e invierno que hay detrás de una marcha que sonará en primavera. Esfuerzo en ocasiones poco valorado, sobre todo cuando se busca y señala el mínimo error en una actuación de horas.
No obstante, la música procesional vive un momento dulce, en calidad y repercusión. Las formaciones musicales han generado corrientes de grupis y hasta la última campaña promocional de Andalucía suena con cornetas y tambores. Solo un pero. Cuidado con no morir de éxito.