La Cuaresma va descontando hojas del calendario de la espera y lo hace cumpliendo un camino cofrade marcado por el paso de los años. Las cofradías han ido estableciendo sus agendas de actos y cultos con los que preparan, ilusionan y marcan los tiempos a sus hermanos.
La primera parada de Cuaresma la fijan las presentaciones de carteles y boletines cuaresmales. Fotografías, composiciones de diseño gráfico u obras pictóricas componen el álbum cofrade que anuncia lo que todos conocen, aunque no por ello, pierde su capacidad de sorprender y conmover. La ciudad se viste con la cartelería cofrade y de algún modo, se prepara el escenario donde todo está por acontecer.
Algo similar ocurre con las publicaciones que en este tiempo editan las hermandades. Anuarios donde recopilar la vida de una cofradía que se acelera en estas fechas, pero que es activa durante todo el curso. En estos boletines, que hacen las delicias de aquellos coleccionistas que han convertidos sus casas en verdaderas bibliotecas cofrades, se pueden leer interesantes artículos y profundas reflexiones, de prestigiosas firmas y otras anónimas. Una muestra de las múltiples Semanas Santas que tienen lugar cada primavera, tantas como las personas que las viven.