El pasado sábado, a pocas fechas de cumplirse el tercer aniversario de la coronación canónica de la Virgen de la Alharilla, patrona de Porcuna, se descubría un monumento dedicado a la Santísima Virgen María. Al acto de bendición del monumento escultórico asistieron representantes del Gobierno Municipal, la Real Cofradía Matriz de la Virgen de Alharilla, devotos y fieles y vecinos de la patrona de Porcuna.
El Vicario General de la Diócesis, D. Francisco Juan Martínez Rojas fue el encargado de bendecir la imagen que representa a la Virgen de la Alharilla Coronada, un monumento promovido por la Cofradía matriz y el Ayuntamiento de Porcuna, diseñado por el arquitecto Pablo Manuel Millán Millán, esculpido en piedra por Manuel López Pérez, y sufragado por los vecinos del pueblo de Porcuna.
La ubicación elegida para situar el monumento mariano es un entorno amplio entre dos plazas, la Plaza de Andalucía y la Plaza de la Paz, frente a la Parroquia y al Ayuntamiento, paso casi obligado en el día a día de los porcuneros. Su diseño responde a la tipología monumental de triunfo, y representa a escala real una columna romana de estilo corintio hallada en las excavaciones de San Benito y cuyo capitel se custodia en el museo arqueológico. Dado que el monumento reproduce de forma canónica un elemento arquitectónico clásico, todas las medidas vienen determinadas y se han llevado a cabo de forma estricta. Buscar la referencia patrimonial en un monumento en Porcuna es casi de obligado cumplimiento y creo que con la reproducción de este elemento arquitectónico así queda de manifiesto.
El material empleado para su construcción es la piedra y el bronce, dos elementos que han estado presentes en la arquitectura monumental desde la antigüedad. Es importante observar cómo la vejez de ambos materiales de forma conjunta, no solo no resta valor sino que, todo lo contrario, acentúa su propia estética monumental. Por todo esto, su puesta en obra nos permite hablar de trascendencia en el tiempo, ya que su durabilidad garantiza su presencia, como dice el salmo, «por años sin término».