Como ya hiciera en el mes de noviembre para el Triduo a María Santísima de la Estrella, la hermandad dominica ha montado un altar de cultos extraordinario y majestuoso con motivo del Triduo a Nuestro Padre Jesús de la Piedad celebrado por vez primera en su sede canónica, en la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced.
El sitial romano y un gran dosel coronado completaban la escena iluminada por la copiosa candelería y las lámparas, cuya luz rebotaba en el bordado de la recién estrenada túnica del Señor.
Tres días de oración en un triduo predicado por el capellán de la cofradía, D. Blas Pegalajar, y acompañado musicalmente por el coro de la propia hermandad.
Fotografías: José M. Anguita