El pasado día 8 de noviembre, se celebró en la capilla pequeña del seminario mayor, la oración vocacional que como viene siendo tradicional desde hace varios años, se celebra los primeros jueves de mes. Es una manera de unirse entre todas las parroquias de la diócesis, que consagran este día a pedir al Señor que envíe operarios a su viña.
El tema escogido para esta ocasión se centró en la realidad de Jesús, que como luz ilumina a todo hombre que viene a este mundo. El evangelio de Mt 5,14-16, marcó la pauta para la meditación y la oración personal del encuentro.
Asistieron al acto los seminaristas mayores y menores, las hermanas mercedarias de la comunidad del seminario, así como un grupo de personas que habitualmente acuden.
En efecto, en una sociedad que en muchas ocasiones se empeña en caminar en tinieblas, los cristianos estamos llamados a iluminar con la luz que brota de la resurrección de Cristo. Este tema en pleno año de la fe, propició sin duda un momento de seria reflexión sobre nuestra propia adhesión personal al Señor, y sobre la necesidad de volvernos una y otra vez a Jesús, para poder estar en condiciones de ofrecer al mundo, la luz que nos demanda a los creyentes.