Minutos después de las nueve de la noche, llegaba uno de los momentos más esperados en la Cuaresma jiennense, la salida del Santísimo Cristo de las Misericordias del Real Monasterio de Santa Clara buscando el templo mercedario donde lo aguardaba su Madre de las Lágrimas. Multitud de fieles y devotos esperaban al Señor para acompañarlo durante el solemne traslado en vía crucis, durante el cual se pudieron contemplar estampas que, aunque se repitan Cuaresma tras Cuaresma, nunca dejan indiferente a nadie.
Inmersos en el recogimiento y en la solemnidad del momento, los allí presentes pudieron disfrutar de un hecho inédito, el Cristo del Bambú iba acompañado en esta ocasión por un trío de música de capilla, que impregnó, más si cabe, de seriedad el traslado de la imagen cristífera. La talla que brotó de la gubia de Juan Bautista Vázquez “El Viejo”, o al menos así lo afirmó el catedrático de la Universidad de Sevilla D. Jesús Miguel Palomero Páramo, no estuvo sola en ningún momento del recorrido, pues estuvo arropado siempre por cofrades y devotos. Entre tanto bullicio, destacó la llegada del Señor a la parroquia de Nuestra Señora de la Merced, en la cual entró bajo la penumbra del templo hasta llegar al crucero central de éste, donde se leyó la última estación del solemne vía crucis.