Los cofrades de Baeza, asistieron en la noche del pasado sábado 2 de abril a una cita histórica, en la cual, fueron testigos, del pregón oficial de la Semana Santa pronunciado en esta edición por el Ilmo. y Rvdmo. Sr. D. Francisco Juan Martínez Rojas, quien como un baezano más, porque así lo consideran en esta noble tierra, llamó a través de su palabra a vivir una nueva Semana de Dios.
Comenzó el acto, con una oración inicial a cargo del Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Sebastián Chico Martínez, Obispo de la Diócesis de Jaén. Tras el rezo de la misma, dirigió un saludo a todos los presentes y dedicó unas palabras de ánimo al Sr. Pregonero y de felicitación al medalla de oro de la Agrupación de Cofradías de Baeza 2022.
Acto seguido, el secretario de la Agrupación Arciprestal de Cofradías y Hermandades de Baeza, daría lectura del acta de concesión de la medalla de oro 2022, recayendo este año la misma en la persona de D. Pedro Narváez Moreno, destacado cristiano y cofrade comprometido. Narváez Moreno, recibió la máxima distinción que concede la Agrupación de Cofradías entre la emoción de los presentes y una ovación, que de manera prolongada, se repitió varias veces en la jornada.
Durante su discurso, el homenajeado se mostró agradecido por este reconocimiento, enfatizando en la idea, de que tendría que ser él, quien diera esta distinción a las Cofradías y Hermandades de Baeza. Continuaron sus palabras con la dedicación de dicho galardón a sus padres y a su mujer e hijos, todo ello, entre emociones y aplausos.
El momento central de la noche, llegaría tras la presentación del pregonero a cargo de Dª María Dolores Viedma Jódar, pregonera del año anterior.
Allí, ante Cristo crucificado y envuelto de solemnidad, como si del más piadoso de los cultos se tratara, el Deán de Baeza, comenzó su pregón en el nombre de Dios todopoderoso. Desde ese instante, el pregonero trasladó a los presentes a los siglos XVI y XVII a través del baezano Juan de Benavides Mejía, personaje histórico de la noble ciudad en aquel momento.
Explosión de mística en las palabras que se escuchaban en el auditorio, que reflejaban la piedad del pregonero escribiendo este pregón, como un discípulo más del Maestro Ávila.
Y como noble caballero del Santo Sepulcro de Jerusalén, condujo a este pueblo de Dios hasta Tierra Santa en los días de Semana Santa. Allí, el pregonero rencarnado en el testimonio del Sr. Benavides Mejías, relató las experiencias y vivencias del mismo en los días de la pasión en aquel lugar, donde confluían las visitas a los lugares sagrados y los recuerdos de la pasión según Baeza, así como sus devociones y manera de ser y vivir la Semana Santa.
No faltó Cofradía alguna en sus palabras, pues hacia todos los titulares de la ciudad pregonó este Ilustre orador a través de sonetos y bellos versos brotados desde la pasión que habita en el corazón de un hombre que es todo de Dios y su Santísima Madre.
Tras el domingo de la gloriosa y triunfante resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, el pregonero dejó los santos lugares para retornar el camino hacia Baeza. Fue en este tramo final, donde de manera apasionada, el pregonero, hizo una declaración de amor por Baeza, tomándola como suya y piropeándola bajo las estrellas en una noche de plata.
Ovación prolongada y reiterada en el tiempo tras su “he dicho”, en un Montemar en pie y con el alma embriagada de pasión de Cristo. Finalizó el acto, con un concierto de marchas procesionales a cargo de la Banda de Música de Baeza a cargo de D. Juan de Dios Robles, quien interpretó un selecto repertorio en honor al pregonero, finalizando, como no podía ser de otra manera, con el himno a Baeza.