Mas de 60 lectores participaron en un encuentro arciprestal para proclamar mejor “la palabra de Dios”

El salón de actos de la Parroquia de Cristo Rey de Jaén ha acogido recientemente un cursillo arciprestal de formación para lectores. Así, 65 lectores, que ya vienen ejerciendo su servicio en diversas parroquias del arciprestazgo, han participado en este curso. 

A lo largo de las sesiones, organizadas por el consejo de pastoral del arciprestazgo de Nuestra Señora del Valle de Jaén, se han estudiado siete temas, como formación inicial y básica para el lector. “Esta formación básica se completará, a su tiempo, por parte de la Delegación Diocesana de Liturgia, mediante unas sesiones prácticas”, asegura D. Juan García Carrillo, párroco de Cristo Rey y director del curso. 

Tal y como explica García Carrillo, el objetivo primordial de este encuentro era “que estos lectores, que ya prestan su servicio en las celebraciones, puedan entrenar a otros lectores para que al desempeñar su ministerio, aprendan a poner al servicio de la Palabra de Dios toda su persona y toda su capacidad de comunicación. Que sientan que hacen también su función de lector al servicio de la asamblea de los fieles, para que puedan escuchar bien, acoger y comprender la Palabra de Dios, poniéndola en práctica”.
 
Dicha iniciativa, que ya se había llevado a cabo en el Centro de Estudios de la Diócesis y en la Catedral hace años, ha sido recuperada ahora por el arciprestazgo de Ntra. Sra. del Valle de Jaén, que finaliza el curso con una valoración muy positiva. “Este buen grupo de fieles laicos han tenido ocasión de reflexionar sobre el tesoro de la Palabra de Dios con el que los cristianos estamos invitados a alimentarnos cada domingo en la mesa de la Palabra, antes de participar de la mesa de la Eucaristía. Y lo ha hecho con gusto y con aprovechamiento”.
 
El grupo ya viene valorando sinceramente la Palabra de Dios. Los asistentes insisten en la importancia de que todos los fieles estén desde el principio de la Misa, lleguen puntuales a la celebración, para preparar sus corazones a la escucha y no perder ni una sola de esas lecturas de la Palabra de Dios. La liturgia de la Palabra no es tiempo para que algunos cristianos se vayan acomodando en el templo, perdiendo parte de las lecturas y entorpeciendo la atención de los que llegan puntuales. La Palabra de Dios bien merece nuestra escucha devota”, comenta el párroco de Cristo Rey de Jaén.
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