Los cofrades de la diócesis de Jaén han celebrado su tradicional encuentro con el Sr. Obispo D. Ramón del Hoyo. Más de 200 cofrades de toda la diócesis se reunieron en el Seminario Diocesano de Jaén para celebrar la jornada anual de cofradías y hermandades, organizado por la Delegación Episcopal dirigida por D. José López Chica. Este encuentro de cofradías y hermandades, que cumple su vigésimo tercera edición, comenzó con la Eucaristía presidida por el Sr. Obispo, D. Ramón del Hoyo López, en la capilla mayor del Seminario Diocesano.
Posteriormente, y ya en el salón de actos, daba comienzo el acto institucional con unas breves palabras de bienvenida del Sr. Obispo. Por su parte, D. Francisco Rosales, vicario de pastoral, presentaba el nuevo Plan de Pastoral Diocesano 2011/2014, que lleva por título “Evangelizar con nuevo ardor”. Rosales hizo especialmente hincapié en lo relacionado con las cofradías dentro del plan diocesano de pastoral.
El tema central del encuentro fue la Exhortación Pastoral “La nueva evangelización y la piedad popular”, que el Sr. Obispo dirigió a los cofrades y que fue leída por el delegado de cofradías D. José López Chica. En dicha Exhortación, D. Ramón del Hoyo insiste en la necesidad de una nueva evangelización: “los fieles asociados en Cofradías y Hermandades están llamados a ser los primeros en este proyecto eclesial, tan urgente y necesario”. Asimismo, ensalzó la riqueza de las cofradías y hermandades. “Las cofradías y hermandades son, como bien sabemos, asociaciones públicas de fieles laicos que nacen en el seno de la comunidad eclesial. Son manifestación de comunión y contribuyen a enriquecerla y proyectarla ante la sociedad”.
D. Ramón del Hoyo también afirma en esta Exhortación que “uno de los rasgos más característicos de la realidad cristiana de esta Iglesia de Jaén es la riqueza multiforme de su piedad popular. Sus expresiones aparecen por doquier y configuran de forma muy concreta el ritmo de gran parte de las celebraciones del año litúrgico y de la mayoría de las comunidades parroquiales. Incluso nuestra geografía diocesana sería otra sin esos focos de religiosidad que engalanan y unifican en su fe a muchos cristianos en zonas enteras y en el entorno de ermitas y santuarios”.