A sus pies se postra un barrio, su gente, sus vecinos. Para conseguirlo solo ha necesitado entregarse, darse a cambio de nada. Así ha cautivado el Divino Redentor a Santa Isabel. Solo hay que visitar la parroquia dedicada a la Santa para apreciar el crecimiento paulatino de un carisma cofrade que ha calado en torno a la joven hermandad del Miércoles Santo. La festividad del Divino Redentor Jesús Cautivo y su Besapié fueron solo una muestra de algo que empieza a ser natural en el día a día de esta zona de la ciudad.
Fotografías: Daniel Carrasco