Jaén volvió a sentir en la tarde de ayer el aroma cofrade que da una tregua durante los meses de verano. Tanto cofrades como personas en general se echaron a la calle para ver en primera persona el discurrir de la Divina Pastora de las Almas por las diferentes calles de Jaén, más en concreto de su barrio.
El día comenzó con un buen desayuno en convivencia, para después celebrar la fiesta principal en honor a la madre del divino pastorcillo. Una vez finalizado este acto, se llevó a cabo en la plaza de San Ildefonso el tradicional concurso de revoloteadores de banderas. Tras una intensa mañana, llegó la hora para el colofón final, la salida en procesión de la bendita imagen.
La talla anónima del siglo XVIII atribuida a Manuel González, salió con puntualidad desde el pórtico de su basílica menor, bajo una muchedumbre que la esperaba impaciente y que, desde los balcones aledaños, tiraban pétalos de flores a una de sus imágenes más queridas en el barrio.
La Agrupación Musical de Ntro Padre Jesús de la Piedad en su presentación al pueblo fue la encargada de abrir paso en el desfile procesional, interpretando multitud de marchas. Por otro lado, la Banda Sinfónica “Ciudad de Jaén” estuvo amenizando el andar de la Pastora cerrando el desfile.
Un año más, el pueblo Jiennense ha podido acercarse a una de las imágenes con más devoción en la ciudad y que, poco a poco, va ganando en sentimientos.