En un rincón de la calle Pilar de la Imprenta luce el nuevo retablo cerámico dedicado a Nuestra Señora del Rosario. Este azulejo ha sido donado por sus costaleros, que emprendieron esta iniciativa antes de la pandemia, lo que ha motivado que se retrasara su ejecución.
A falta de un acto de bendición, la Virgen del Rosario que cada mes de octubre camina por estas calles del barrio de la Alcantarilla, queda así presente para siempre este enclave cofrade de la ciudad, muy cerca de la Iglesia Conventual de la Purísima Concepción donde se le rinde culto.