El Viernes Santo ha sido la jornada más castigada en los últimos años por la lluvia. A las suspensiones por causa meteorológica se han sumado una pandemia que en este 2021, al menos, ha permitido visitar a las hermandades en sus sedes canónicas. En la Iglesia de San Juan y San Pedro, la Congregación del Santo Sepulcro ha dispuesto dos altares extraordinarios, uno dedicado al Cristo del Calvario con Santa María del Silencio y San Juan al pie de la Cruz, y otro con el Cristo del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores. Todo, en un ambiente sobrecogedor de recogimiento.
En la Basílica de San Ildefonso, en el marco de la exposición conjunta Ego Sum Lux Mundi, la Hermandad de la Soledad dispuso a sus Sagradas Imágenes también en distintos altares. En su capilla se levantó parte del paso de palio para ensalzar a Nuestra Señora de la Soledad a cuyos pies se encontraba el Cristo Yacente. Muy cerca, la cofradía dispuso otro altar dedicado a Nuestra Señora de la Piedad, mientras que la Imagen de San Juan se presentó en la pequeña capilla que habitualmente ocupa Jesús Preso, de la Congregación de la Vera Cruz.
Santo Sepulcro. Fotografías: José M. Anguita
Soledad. Fotografías: José M. Anguita y Pedro Oya