El Lunes Santo vertebra la ciudad desde el punto de vista cofrade. En tres puntos alejados entre sí, se manifiestan devociones y formas distintas de sentir la misma pasión. En Santa María Madre de la Iglesia, la joven Hermandad de Caridad y Salud empieza a calar en la periferia de la ciudad que se extiende al oeste.
En el Jaén moderno, entre avenidas, la Amargura detiene las prisas. A los pies de Jesús Despojado, la cofradía ha querido este año acercar a María a sus vecinos, como si fuera una más en la feligresía de El Salvador.
En la ciudad vieja, la Merced es visita obliga de cada Lunes Santo. El espectacular altar montado con motivo del Triduo cuaresmal sigue levantado para que el Cristo de las Misericordias y Nuestra Señora de las Lágrimas sean venerados en una jornada en la que no faltó la visita de la tuna aunque sin el bullicio habitual.
Caridad y Salud. Fotografías: José M. Anguita
Amargura. Fotografías: Pedro Oya
Estudiantes. Fotografías: José M. Anguita y PJ