Llegó septiembre vestido de otoño. De repente las tardes menguaron y la luz sofocadora del estío bajó su intensidad para recordarte que, a partir de ahora, vuelven los horarios, la rutina y los quehaceres de un nuevo curso. Y entre esas rutinas no puede faltar tu cofradía.
En el calendario ya se anotan los primeros cultos en torno a la Natividad de la Virgen, el Dulce Nombre de María, la Exaltación de la Cruz o la Virgen de los Dolores. Citas que implican el reencuentro con los tuyos tras el verano y esas primeras tertulias cofrades que ya despiertan la ilusión por lo que todavía está muy lejos.
Cada curso es un volver a empezar una tarea, la cofrade, que por definición permanece siempre inacabada. Porque por más que nos esforcemos, quedarán proyectos por ejecutar, patrimonio por conservar y lo que es más importante, personas a la que acercar el mensaje del Señor.
Un mensaje en el que, por cierto, no caben comentarios como los que se tienen que leer cada vez que hay elecciones con más de una candidatura en una cofradía. Nos seguimos tirando los trastos como antaño, pero ahora escondidos en el anonimato de una red social que también da altavoz a los tontos de capirote.
En este arranque de curso son varios los procesos electorales que centrarán la atención cofrade y que, de algún modo, harán más llevadera esta vuelta que tanto tú como yo, estábamos deseando.
Quedan aún 200 días para que amanezca el Domingo de la Luz y del estreno. Mientras tanto, nos escuchamos en la radio.