Cumplida la hora prevista, la Amargura, para pesar de muchos, decidió no salir a la calle, ya que las previsiones habían empeorado y se encontrarían muy lejos, en caso de realizar su estación de penitencia, de la Catedral, único lugar donde poder refugiarse. El hermano mayor pidió comprensión, respeto y apoyo por esta decisión tomada. También pidió compromiso ya que desde ese momento empezaba el lunes santo de 2013.

Fue entonces cuando los costaleros del paso de misterio entraron debajo del canasto y lo levantaron al cielo con muchas lágrimas todavía en las mejillas. Bajo los sones de la Agrupación musical Jesús Despojado, el paso andó como lo sabe hacer, con elegancia a pesar del poco espacio que tenía.

Los sollozos de los nazarenos y costaleros aumentaron al levantar a la reina del Salvador, María Stma de la Amargura, la cual lloró más que nunca con una candelería totalmente encendida.

Los cofrades, devotos y curiosos pudieron comprobar minutos después ambos pasos al abrirse las puertas del templo, esperando ya al próximo lunes santo.