El verano capitalino deja estampas de una ciudad poco poblada. El éxodo a las playas, los puentes o campos, y los pueblos en busca del fresco y con motivo de las vacaciones, permite pasear por la ciudad con la sensación extraña de sentirla toda para uno mismo.
Sin embargo, en una de esas noches de verano, los pocos que permanecen fieles al adoquinado y al asfalto ardiente y jaenero, dejan el confort del aire acondicionado para perderse por el casco antiguo en busca de la Virgen del Carmen.
Desde la Parroquia de San Juan y San Pedro, cuando el sol ya se había escondido, salía Nuestra Señora del Carmen portada por un grupo de anderos que acude fiel a su cita estival con la Reina de los Mares. Un reducido número de cofrades iluminaba con velas el cortejo procesional en el que destacaba la representación de la Armada y el acompañamiento musical de la Banda Municipal de Jaén.
Fotografías: Daniel Carrasco